La Policía de Buenos Aires detuvo anoche a un tercer sospechoso por el linchamiento que derivó en la muerte del misionero Jeremías Sosa, el albañil que tenía 30 años. Sus familiares residentes en la zona, como así también vecinos de Olivera, en el partido de Luján, realizaron una protesta para reclamar justicia por lo que sucedió.
Según consignó el portal local El Civismo, en el marco de las investigaciones trazadas por el brutal asesinato del misionero, ayer la Policía ejecutó cuatro allanamientos.
En uno de ellos hubo resultados negativos, en otros dos se incautaron elementos de interés, como prendas con manchas de sangre y celulares, mientras que en el último procedimiento lograron la detención de Lucas Samuel González Bonomo (23), sindicado como uno de los agresores de la víctima.
El hecho ocurrió el sábado a la noche, cerca de las 22, cuando un grupo de vecinos lo interceptó en plena vía pública de Olivera. Después de ello, Sosa fue reducido, atado y golpeado hasta morir.
La versión inicial daba cuenta que los agresores se ensañaron con Sosa porque lo acusaron de hechos de robo en la zona, aunque la familia niega rotundamente esta teoría.
“Confiamos en la justicia de nuestro gran Dios que todo lo ve. Nos arrebataron un hermano, un hijo, un papá, un marido, un primo, un tío, un sobrino. Le arrebataron su vida de una manera atroz y sin corazón”, clamó ayer Magalí, una de sus hermanas en Facebook.
Sosa era de Jardín América, tenía 6 hermanos, dos hijos y una pareja. Residía en Olivera, donde se dedicaba a la albañilería para ayudar a su familia. “Quiero que sepan que mataron a un inocente”, reclamaron desde Misiones.
Mientras avanza la pesquisa, sus familiares en la tierra colorada iniciaron una colecta para recaudar fondos para costear el traslado de los restos. Quienes deseen colaborar pueden hacerlo comunicándose al +54 9 3743 51-7819.
