La reciente participación del presidente argentino Javier Milei en la Asamblea General de las Naciones Unidas marcó un antes y un después en la política exterior de Argentina. Milei dejó en claro que su gobierno se distancia de la tradicional postura argentina en los organismos multilaterales y que su administración seguirá un curso mucho más alineado con las preferencias ideológicas que esbozó durante su campaña electoral. Este viraje despertó preocupaciones en diversos sectores, tanto dentro como fuera del país, especialmente por las implicancias que puede tener en términos diplomáticos y económicos.
Para entender mejor este nuevo rumbo, “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5 dialogó con Gisela Pereyra Doval, investigadora del CONICET y docente de la materia “Problemática de las Relaciones Internacionales” en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), quien ofreció un análisis exhaustivo sobre las decisiones del gobierno de Milei en materia de política exterior y sus consecuencias.
Un alejamiento anunciado: el rechazo a la Agenda 2030
Uno de los puntos que más controversia generó fue la decisión de Argentina de votar en contra de la prórroga de la Agenda 2030 de la ONU, un programa global que busca, entre otros objetivos, erradicar el hambre y promover un desarrollo sostenible. “No es sorpresivo que Milei se aparte de la Agenda 2030, porque lo venía anticipando en la campaña”, señaló Pereyra Doval. Durante su campaña, Milei hizo explícito su rechazo a las políticas globales de desarrollo sostenible, a las que considera una traba para el crecimiento económico y la libertad individual.
El voto negativo de Argentina en este foro internacional no fue un hecho aislado. Pereyra Doval explicó que esta tendencia se viene manifestando desde el comienzo de la gestión de Milei en distintas comisiones y organismos internacionales.
“Desde principios de año hay evidencias mucho más claras en la postura de Argentina en organismos como la OEA, donde nos hemos alineado con países como Irán, Rusia y Nicaragua en temas vinculados a la condición jurídica y social de la mujer”. Esta nueva orientación representa un quiebre con la política exterior histórica de Argentina, que siempre había apostado por la cooperación y la gobernanza global.
En tanto, otro de los aspectos más preocupantes de este nuevo enfoque es el impacto económico que puede tener para Argentina. En este sentido, Pereyra Doval alertó que la desvinculación del país de iniciativas globales como la Agenda 2030 puede afectar negativamente la llegada de inversiones extranjeras: “Esto puede tener impacto en la llegada de inversiones de fondos y empresas que siguen protocolos de inversión certificada”.
La investigadora señaló, además, que muchos de los grandes inversores internacionales, especialmente aquellos vinculados a las agendas verdes y sostenibles, son actores clave en países en desarrollo como Argentina.
“Las agencias de cooperación o los bancos de desarrollo son los que más invierten en países como Argentina”, destacó. Al apartarse de los acuerdos internacionales que buscan frenar el cambio climático o erradicar la pobreza, Argentina corre el riesgo de perder oportunidades de financiación e inversión. Según Pereyra Doval, este alejamiento no solo podría dañar la imagen internacional del país, sino que también podría tener “impactos claros hasta económicos”, dificultando el acceso a fondos de cooperación y crédito.
El alineamiento con Estados Unidos e Israel
Otro aspecto central de la política exterior de Milei es su alineamiento explícito con Israel y Estados Unidos, en contraste con la postura más tradicional que ha sostenido Argentina en relación con los países de Medio Oriente. La posible reubicación de la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén fue uno de los temas más discutidos en este contexto. No obstante, Pereyra Doval consideró que esta decisión responde más a “una agenda interna que de una agenda de política exterior”.
Este tipo de decisiones, aunque puedan generar un apoyo simbólico entre ciertos sectores, también podrían traer consecuencias negativas en términos diplomáticos. La investigadora recordó que “los países de Medio Oriente, históricamente, fueron aliados importantes de Argentina en foros internacionales, especialmente en la cuestión de la soberanía sobre las Islas Malvinas”. Sin embargo, un alineamiento tan estrecho con Israel en un contexto internacional cada vez más crítico con las políticas israelíes en la región podría poner en riesgo ese apoyo: “Esto puede no tener buenas repercusiones para Argentina”.
Un aspecto que también podría influir en el futuro de la política exterior de Milei es el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Pereyra Doval sostuvo que un eventual triunfo de Donald Trump podría reforzar la legitimidad de las decisiones de Milei, tanto en el ámbito internacional como dentro de su propio electorado. “Si gana Trump le daría más respaldo a los argumentos del núcleo duro de los seguidores del gobierno”, aseguró.
A pesar de esto, Pereyra Doval aclaró que la preferencia de Estados Unidos por un gobierno argentino alineado con sus intereses es una constante, independientemente de quién gane las elecciones. «Tanto Trump como Harris prefieren una Argentina alineada con Estados Unidos, más que una Argentina pro China”, afirmó.
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En este sentido, la investigadora sugirió que el gobierno de Milei tomó decisiones en política exterior pensando en un posible triunfo de Trump: “Cuando Mondino se desasocia del pacto del futuro por orden estricta de Milei, lo que está viendo es un eventual triunfo de Trump y lo que Milei piensa que le conviene a Estados Unidos en ese caso”.
No obstante, Pereyra Doval advirtió que este alineamiento con una eventual administración Trump no necesariamente traerá beneficios concretos para el país en términos de inversiones o relaciones comerciales.
“Esto ya lo demostró Trump con Bolsonaro”, señaló, haciendo referencia al caso de Brasil, que bajo el gobierno de Jair Bolsonaro mantuvo una estrecha alineación con Estados Unidos sin que ello resultara en mejoras significativas en términos económicos.
Por último, la investigadora destacó que el impacto a nivel interno también es significativo, ya que estas decisiones están en gran medida orientadas a reforzar la base de apoyo de Milei entre sus seguidores más fieles.
“Son más que nada acciones llamadas a fortalecer el núcleo duro de votantes al interior y de los trolls que le festejan en X”, concluyó.