La trágica muerte de Fabiana Cirino en 25 de Mayo conmocionó a la comunidad, que ahora exige justicia para la niña de 8 años. Su padre, Ernesto, clama por un proceso rápido y una condena ejemplar para el agresor. La familia está recibiendo apoyo psicológico y pide ayuda económica a quienes deseen colaborar para afrontar esta dura situación.
La tragedia golpeó a la localidad de 25 de Mayo, Misiones, cuando Fabiana Cirino, una niña de 8 años, falleció tras ser víctima de un ataque brutal. El presunto autor, un vecino identificado como Marcelo Muller, alias «Nanico» fue detenido. La familia de la menor clama justicia y pide una condena ejemplar para el detenido como principal sospechoso del aberrante crimen.
«No tenemos ningún abogado para que nos ayude a nosotros a poder hacer justicia por Fabiana, para contar lo que pasó. Nos duele y falta palabra para decir, comentar lo que pasó, porque es terrible. Ni siquiera pasa por la mente de uno lo que va a pasar con un chico de uno. Más siendo un vecino de acá cerca y hace todo eso», expresó Ernesto, padre de la niña.
A pesar del apoyo psicológico del municipio y de la comunidad, la familia Cirino enfrenta un camino complejo para obtener justicia.
El ataque ocurrió el viernes pasado cuando Fabiana desapareció tras regresar de la escuela. Fue encontrada con heridas graves a 200 metros de su hogar. Antes de ser trasladada al hospital de Oberá, identificó a su agresor, un vecino conocido como «Nanico».
Ernesto expresó su anhelo de que el proceso judicial avance rápidamente: «En este momento estamos esperando con mi esposa para lo que va a pasar. Necesitamos que cuanto más antes posible el Juzgado lo llame para que él pueda ser condenado. Eso necesitamos, que cuanto más antes el Juzgado lo llame para que él declare, así vamos sabiendo que cuanto más antes va a la cosa, él sale condenado. Queremos una condena para el resto de la vida de él«.
Por otro lado, el padre destacó la importancia de quienes puedan colaborar económicamente, debido a que la familia de la pequeña brutalmente asesinada vive de las changas que realiza el progenitor y del trabajo en la chacra.
«Está en el corazón de cada uno, de la gente si nos quieren ayudar con algo, sea lo que sea para nosotros es una ayuda. Ahora lo que pasó también no puedo hacer mis tareas y para nosotros nos complica también», manifestó.
En esa línea, recordando el último día con vida de Fabiana, mencionó que la ayudó a terminar una tarea escolar tras volver del trabajo. «Yo siempre iba tempranito a las seis, hacía cuatro horas y después cuatro horas a la tarde. Ese día, a las diez ya paramos, llegué a casa y encima ayudé a Fabiana a hacer una maquetita que ella estaba haciendo para presentar a la maestra, porque tenía que llevar, trabajito y encima yo le ayudé a ella a hacer, para que ella lleve a la escuela para que presente trabajo y ella contenta que quería sacar un nueve».
Horas después, la pequeña partió por última vez a la escuela y la familia continuó con sus tareas en la chacra hasta aproximadamente las cinco de la tarde cuando «este maldito bajó hasta el rosado y nos ofreció un machete y una linterna y en este momento yo dije que yo no tenía plata para comprar y él subió para arriba y nosotros quedamos en el rosado. Nosotros siempre trabajamos, él nunca trabajó, siempre andaba caminando al pedo, en lugar de buscar un trabajo, trabajar, ganar», apuntó.
MOL