El asesinato de Mauricio Miñarro, un agente de la Policía de Misiones, conmovió no solo a la ciudad de Eldorado sino también a nivel nacional e internacional. El caso abrió una serie de preguntas sin respuesta y reveló varias irregularidades dentro de la misma fuerza policial.
En diálogo con Radio Up 95.5, Karem Welter, periodista de Eldorado, ahondó en los detalles más oscuros detrás del trágico evento que marcó el cierre del 2024 en la provincia.
Miñarro, de 35 años, fue encontrado muerto en las primeras horas de la mañana del 30 de diciembre, en un hecho que, según Karem, “cobra más fuerza la hipótesis de que fue un robo de armamento”. A pesar de las versiones contradictorias que se manejaron en los primeros momentos, se confirmaron dos disparos, uno en el pecho del oficial, descartándose inicialmente que la muerte fuera por un disparo en la cabeza.
Según Welter, la investigación se ha desarrollado con un hermetismo notable, lo que dificultó la obtención de información clara. “No fue fácil los siguientes días porque también intentamos recabar toda la información lo más exacta posible”, explicó. Mientras tanto, las hipótesis se fueron modificando, y una de las más discutidas fue el intento de robo de una avioneta. Sin embargo, la jueza del caso desestimó rápidamente esta teoría debido a que se comprobó que la avioneta en cuestión no estaba protegida de manera adecuada y el acceso al lugar no estaba restringido.
El entorno de la policía estuvo en el centro de las sospechas. La jueza investigadora también contempló la posibilidad de que el crimen tuviera vínculo con una banda delictiva proveniente de la zona paraguaya, aunque esa versión “perdió fuerza con el tiempo”, según Welter. Lo que se sabe hasta ahora es que, además de la muerte de Miñarro, se habrían sustraído varias armas de alto calibre, entre ellas fusiles FAL y escopetas recortadas.
“Lo que más se maneja en sí podrían ser más de una persona las que habrían ingresado al lugar”, agrega Welter. Esto, sumado a la falta de cámaras de seguridad y los registros irregulares de las armas en la dependencia policial, deja entrever que este crimen podría tener raíces más profundas. Karem destacó que hace más de dos años no se realizaba un inventario adecuado de las armas, y la falta de cámaras propias de la jefatura agrava la situación. “Lo que no queremos hacer es lo que lamentablemente hicimos al principio, trabajar sobre versiones”, menciona con preocupación.
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El caso también puso en evidencia posibles vínculos de corrupción dentro de la fuerza. En palabras de Welter, “es una zona permeable, vulnerable a la corrupción y a las actividades ilegales como el narcotráfico y contrabando”, lo que alimenta las especulaciones sobre las motivaciones detrás del crimen.
Si bien la familia de Miñarro defendió la integridad del agente, la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba, viviendo en la misma dependencia debido a cuestiones administrativas y personales, añade otro nivel de incertidumbre al caso.
A pesar de las horas de trabajo y las pruebas recogidas, las autoridades siguen sin esclarecer los detalles más cruciales, como la cantidad exacta de armas robadas o las circunstancias completas del asesinato. La jueza encargada, la doctora Rodríguez, se ha centrado en analizar las pruebas y las versiones que van surgiendo, pero “es todo muy lento”, lamentó Welter.
“Si esto le pasa a la policía en su propia casa, ¿qué pasa con el resto de la ciudad?”, reflexionó Karem, destacando la preocupación de la ciudadanía ante las posibles irregularidades dentro de las fuerzas de seguridad.