Mientras el Gobierno nacional enviará al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para negociar con los gremios de la CGT una «tregua» y evitar el paro nacional de 36 horas anunciado para el próximo jueves 10 de abril, crece la incertidumbre sobre la prestación del servicio de colectivos urbanos, de corta y media distancia en Misiones.
Hasta el momento, el único gremio que adhirió de inmediato a la protesta nacional fue La Fraternidad, con lo cual se podría ver afectado el servicio de tren internacional entre Posadas y Encarnación entre el jueves 10 y el viernes 11 de abril.
El secretario general de La Fraternidad, Omar Maturano, aseguró a Radio Rivadavia: «Ya nos alcanzaban los paros de 24 horas. Por eso solicitamos a la CGT que haya paro y movilización de 36 horas. ¿Qué significa esto? El día 9 a las 12 del mediodía, toda la gente deja de trabajar y se dirige a la movilización«.
Por último, detectó una «presión social grande», y aclaró que si la central «cierra todas las canillas, eso va a explotar por algún lado. «No puede explotar por ningún lado. Este gobierno tiene que llegar a los 4 años, con todas las cagadas que se va a seguir mandando, a fin de año, elegiremos otro o el mismo, pero tiene que llegar y la democracia estar tranquila, en paz social y tratar de conservarla», concluyó el sindicalista.
A la espera de la UTA
Este viernes, un sector opositor al titular de la UTA fijó la posición del sindicato frente al paro nacional, mientras se espera saber si la comisión que lidera Roberto Fernández adhiere. Es sabido que, sin colectivos, la medida de fuerza puede ser más contundente que con los colectivos funcionando.
Gabriel Gusso, dirigente opositor a la conducción de UTA se mostró en respaldo a la huelga «porque no se sostiene más la falacia oficial con respecto a una inflación que no existe«.
«El Gobierno busca que los salarios de los trabajadores vayan por debajo de la inflación, lo mismo que está haciendo con los jubilados, a los que además les sacó los remedios», sostuvo.