La exposición excesiva a las pantallas durante la infancia temprana está generando consecuencias preocupantes en el desarrollo emocional, cognitivo y social de niños y niñas. Así lo expresó en diálogo con Radio UP la psicóloga especializada en clínica infantil, Yamila Volpe, quien señaló que cada vez más profesionales detectan signos de estrés, aislamiento, dificultades de socialización y hasta bruxismo en menores de edad.
“Lo que está empezando a aparecer como un dato quizás más preocupante es que en muchas consultas profesionales se observa que la actividad frente a pantallas, en la que el niño permanece quieto mientras el dispositivo se mueve, está generando un impacto importante”, sostuvo Volpe. Y agregó: “Estamos viendo niños tensionados, con dificultades en el sueño, frustración constante, poca tolerancia a los cambios y escasos recursos para vincularse con otros”.
Uno de los casos más llamativos que menciona es la aparición de bruxismo infantil —rechinar o apretar los dientes de forma inconsciente— que, según profesionales de la odontología, se vincula con situaciones de estrés. “Sí, niños con estrés. Y esto nos lleva a preguntarnos qué está pasando con las infancias y las pantallas”, enfatizó.

Dificultades emocionales y sociales
Volpe explicó que muchos de estos casos llegan al consultorio a partir de señales que detectan los adultos: maestros que observan que un niño no puede adaptarse a las rutinas escolares o padres que notan aislamiento y cambios en el comportamiento. “Es allí cuando se habilita el espacio terapéutico y empezamos a ver que estas señales no surgieron de un día para el otro, sino que se fueron acumulando con el tiempo”, afirmó.
El uso indiscriminado de dispositivos durante etapas clave del desarrollo, como los primeros años de vida, impide que el cerebro del niño ejercite funciones ejecutivas fundamentales: “El aburrimiento, el resolver pequeños conflictos, la espera… todo eso ayuda a desarrollar la corteza prefrontal. Si se le ofrece constantemente una pantalla, se pierde esa oportunidad”, advirtió.
El rol de los adultos y la importancia de poner límites
Consultada sobre cómo pueden acompañar madres, padres y cuidadores, Volpe remarcó la importancia de no recurrir al celular como un modo de evitar que el niño exprese emociones. “A veces estamos cansados o necesitamos un momento de silencio y usamos la pantalla como distracción, pero lo que estamos haciendo es tapar una emoción, y eso tiene consecuencias”, explicó.
Además, subrayó que no se trata de demonizar la tecnología sino de establecer límites claros, cuidar los contenidos y acompañar el uso: “Hay aplicaciones educativas y contenidos respetuosos del desarrollo, pero todo debe ser en su justa medida. No se recomienda ninguna exposición antes de los dos años, y a partir de los seis, no más de una hora diaria, en horarios que no afecten la vida social ni el descanso del niño”.

Leer más: Bullying en las escuelas: 6 de cada 10 alumno sufre en el aula
“El aburrimiento no es el enemigo”
Una de las ideas centrales que dejó la profesional es la necesidad de recuperar el valor del aburrimiento como una herramienta de crecimiento. “El aburrimiento fomenta la creatividad, permite conectar con el presente, con las sensaciones, proyectar, vincularse con el otro. Hay que dejar espacio para eso”, señaló.
Finalmente, Volpe llamó a los adultos a reflexionar sobre sus propios hábitos: “No se trata solo de lo que hacen los niños, sino de cómo los adultos estamos acompañando. Tenemos que hacernos cargo de cómo, cuándo y con qué contenido compartimos la tecnología con ellos”.

Quienes deseen contactarse con la licenciada Yamila Volpe pueden hacerlo a través de su Instagram profesional @psin.idiomassinlimites o por teléfono al 3764-88-2213.
Leer más: Misiones: aumenta la matrícula en escuelas privadas y se impulsa inversión con créditos
Docentes autoconvocados cortan la Ruta 12 en Jardín América en reclamo de mejoras salariales y laborales. https://t.co/bGV0aKeqXY
— Radio Up 95.5 (@radioup955) July 24, 2025
Te dejamos la entrevista completa: