Grupos de niños de apenas 12 o 13 años y jóvenes de más de 20 años se retan y fijan duelos por redes sociales y se enfrentan de manera violenta en un sector de Itaembé Miní, en Posadas.
La situación preocupa a los vecinos del sector denominado Barrio Unión ya que son pandillas de numerosos integrantes de barrios como A4, Chacra 145, Manantales, Sol de Misiones, San Isidro, Esperanza, Belén, entre otros; organizados como grupos ”La Chispa” y “La Clica» (entre los más mencionados) que pueblan las noches de ese sector de la ciudad de gritos, correrías, botellazos, palos, piedras, y hasta tiros.
Sus integrantes se provocan a traves de redes sociales y “ya el año pasado se enfrentaron en tres o cuatro ocasiones y terminó; pero este año, desde abril, se agravó el nivel de enfrentamientos. El último viernes, llegaron bandas de barrios como Aeroclub y San Isidro a enfrentarse con bandas de otros puntos de la ciudad, hubo tiros y la intervención de la policía derivó en 10 detenidos”.
El relato, como si fuera un resumen de contenido de una serie de Netflix, es real y remite a lo que ocurre bajo las narices de las autoridades, cuyas preocupaciones pasan un poco lejos de los serios problemas que aquejan a los vecinos más alejados del centro de Posadas.
Mariana Zaracho presidente del Foro de Seguridad de 27 barrios, como parte de su trabajo diario y en nombre de los integrantes de todo ese sector de la ciudad encaró de vehiculizar denuncias ante el Juzgado de Instrucción 7 y al Juzgado de Menores para buscar una solución definitiva a estos hechos que se tornan cada vez más violentos.
Con la firma de los presidentes de comisiones vecinales de diferentea sectores, esperan que se tomen medidas efectivas que preserven la salud, y hasta la vida de esos niños y jóvenes, y la paz en los barrios.
“Ya no sabemos qué hacer”, “no nos dejan dormir”, “cada vez es peor” son las frases que repiten los vecinos de este amplio sector de la ciudad, donde parece concentrarse las “arenas” de esos niños y jóvenes que juegan a ser matones en las calles desprotegidas y olvidadas por padres y autoridades.
Antecedente
Ya en 2014 Posadas se vio alterada por la irrupción de pandillas de menores, que bajo el efecto del consumo de sobstancias prohibidas se juntaban a pelear o a robar a los desprevenidos transeúntes en las calles de los barrios más alejados del centro.
Por entonces, las pandillas, en su mayoría, estaban compuestas por seis o siete menores, que atacaban o robaban a los frentistas en espacios públicos.
En la actualidad, como entonces, la falta de desmalezamiento y limpieza en los baldíos favorecían que los grupos encontraran -y encuentren-, en esos espacios, un refugio para esconderse y sorprender a sus víctimas desprevenidas.