Desde Inglaterra hasta Irlanda del Norte y España pidieron por un alto al fuego en la Franja de Gaza.
Una multitud de más de cien mil personas saturó las calles de Londres, en Reino Unido, pidiendo por el fin de los bombardeos a la Franja de Gaza y por una “Palestina libre”. La movilización se replicó en otras ciudades del mundo como España e Irlanda del Norte, donde se manifiestan conmovidos por la situación desatada a partir del atentado del grupo islámico Hamas el pasado 7 de octubre. Desde el gobierno y algunas organizaciones judías calificaron la convocatoria como “antisemita”.
“Palestina libertad, desde el río hasta el mar”, cantaban los ciudadanos concentrados en Londres, donde se veían mezclados a miembros de todas las religiones en esta exigencia. Además, sostenían pancartas en las que se leía “Palestina libre” junto a una bandera palestina gigante.
El eslogan fue calificado de antisemita por la muy cuestionada ministra del Interior, Suella Braverman, quien aseguró que «ampliamente se entiende» que pide la destrucción del Estado de Israel. La funcionaria quiere lanzar una ley antiinmigrante que plantea una política verdaderamente expulsiva contra los inmigrantes que escapan de crisis alimentarias, sociales y económicas.
En este marco, las organizaciones judías solicitaron a los fiscales que aclaren si cantar el lema es un delito penal.
Sin embargo, los defensores de la consigna plantean que es un «canto de protesta de larga data» que exige una patria para el pueblo palestino. “Vinimos a dar nuestro apoyo, porque no podemos quedarnos callados, mirar las noticias y no hacer nada”, dijo Mariam Abdul-Ghani, una estudiante de 18 años cuya familia es palestina.
“Vinimos a dar nuestro apoyo, porque no podemos quedarnos callados, mirar las noticias y no hacer nada”
Hubo “focos de desorden y algunos casos de discurso de odio” durante la concentración, pero la mayor parte de la actividad fue “legal y se desarrolló sin incidentes”, indicó la Policía Metropolitana.
El plan de Israel después de ingresar a Gaza
No se puede comenzar una guerra sin tener un plan para salir de ella. Esto es algo que se plantean todos los generales desde la Antigüedad. Israel está a punto de lanzar una ofensiva sobre la Franja de Gaza para desterrar de allí a los milicianos de Hamas, el grupo terrorista islámico que mantiene el poder sobre sus 2,3 millones de habitantes desde hace 16 años. Pero no hay indicios claros de lo que prevé para el futuro de esa gente. ¿Se convertirá en una fuerza de ocupación? ¿Por cuánto tiempo? ¿Entregará el poder a la Autoridad Palestina que gobierna en Cisjordania o un organismo internacional? ¿Qué harán los otros poderes regionales una vez que se produzca el vacío de poder en Gaza?
Hasta ahora, sólo habló el ministro de Defensa, Yoav Gallant, el primer funcionario israelí en exponer las líneas generales que conectan tanto los planes de guerra de Israel como sus objetivos de posguerra para Gaza. En su intervención ante la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset, describió la guerra y la posguerra en tres etapas. Dijo que las IDF, las Fuerzas de Defensa israelíes, están todavía en la primera etapa de utilizar el poder aéreo y los ataques a larga distancia contra Hamas, con una invasión terrestre en camino. Predijo que esa incursión derrotaría ampliamente a las fuerzas de Hamás, creando una nueva realidad con su poder abrumador en Gaza.
En la segunda fase, Gallant dijo que tendrían que librar una batalla de contrainsurgencia a niveles inferiores. Esto incluiría resistir a las tácticas de guerra de guerrillas más pequeñas de Hamás y otros grupos yihadistas, que pueden haberse escondido entre la población civil pero que pretenden seguir resistiendo de forma intermitente en momentos estratégicos y utilizando tácticas asimétricas, como métodos de ataque y huida.
Suponiendo que las tropas israelíes acaben con estos focos de guerra de guerrillas o los reduzcan lo suficiente, Israel trataría entonces, según Gallant, de “quitarse de encima la responsabilidad sobre la vida en Gaza y la creación de una nueva realidad de seguridad para los ciudadanos de Israel y para los residentes de Gaza”. Además, dejó más claro que ningún otro funcionario que Israel no quiere reconquistar y ocupar permanentemente Gaza.
Sin embargo, en esta visión de Gallant no se especifica qué sucedería una vez que Israel considere terminado su trabajo de remoción de cualquier resistencia. ¿Quién va a gobernar el enclave: la Autoridad Palestina, la ONU, otra fuerza multinacional, un híbrido de todo lo anterior? El jefe del Consejo de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, había sido el primero en mencionar una dimensión internacional en la gestión de Gaza tras la invasión terrestre, pero el programa de Gallant no lo especifica. Es probable que no haya aún un plan determinado al respecto. Lo que sí deja claro la estrategia planteada por el ministro de Defensa es que es probable que Israel se enfrente a una insurgencia prolongada utilizando tácticas de guerra de guerrillas incluso después de “ganar” la inminente invasión terrestre.
Siempre se sabe cuándo las guerras comienzan, nunca cuando terminan. Estados Unidos nunca se planteó ser una fuerza de ocupación en Afganistán. Sin embargo, sus tropas estuvieron allí empantanadas durante 20 años. Lo mismo sucedió en Irak por casi una década. En ambos casos, derrotar a las filiales locales de Al Qaeda significó permanecer como fuerza disuasoria por mucho más tiempo. La dimensión de la Franja de Gaza, apenas 40 kilómetros de largo por entre 6 y 12 kilómetros de ancho, es incomparable con enormes y complejos territorios de países, pero el desafío no es mucho menor.
(Fuente: BBC)