En la víspera del 8 de diciembre, muchas familias se preparan para armar el “arbolito”. Una tradición cuyo origen es previo a la fiesta de la navidad y, como otros ritos cristianos, deriva de las creencias paganas.
La idea surge de los países nórdicos, en concreto de las celebraciones del solsticio de invierno. En esa época, los pueblos celtas decoraban robles talados con frutas y velas en un intento por “reanimarlos” y asegurar que florecerían durante el verano siguiente. Por eso, el Árbol de Navidad es considerado como una adaptación del árbol de la vida y hasta del universo. Es propio de la mitología nórdica, es conocido como Yggdrasil y -en gran medida- representa la cosmovisión de los pueblos en el norte de Europa. En la Antigüedad, también se lo conocía como Frey y era usado para celebrar el nacimiento del dios del Sol y la fertilidad.
Según la leyenda, en el siglo VIII, durante la evangelización de Alemania, San Bonifacio decidió cortar uno de estos árboles en la localidad alemana de Hesse para que se terminara con la adoración de los dioses que, desde el punto de vista del cristianismo, eran paganos. En su lugar, colocó un abeto al considerarlo más apropiado para el culto cristiano.
Con esta acción, buscaba simbolizar el amor de Dios. Así es como lo adornó con manzanas, que representaban el pecado original; y con velas, en alusión a la luz de Cristo. Con el tiempo, esas manzanas y las velas se transformaron en luces y bolitas, tal como luce un árbol de Navidad actual. Más tarde, se añadieron las luces, guirnaldas y los adornos caseros.
Además, el significado del árbol de Navidad también tiene que ver con un punto de encuentro familiar o solidario, y con un momento compartido en comunidad en la que se busca dar gracias por el año vivido, algo que es parte de los ejes de esta celebración y de la de Año Nuevo.
Según lo establece la tradición, muchas personas eligen armar el árbol el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, y lo desarman exactamente un mes después, el 8 de enero. En cambio, otros guardan los adornos navideños tras el paso de los Reyes Magos, el 6 de enero.
¿Qué significado tienen los adornos y los colores del árbol?
Estrella de Navidad: simboliza la esperanza ya que representa a la estrella que dirigió a los Reyes Magos hacia el niño Jesús;
Luces: simbolizan el momento en el que la Virgen María dio a luz a Jesús en el pesebre, bajo la luz de una vela.
Los colores que más representan a la Navidad son el rojo, verde, blanco, plata y dorado, cada uno tiene un significado especial.
Rojo: representa el fuego y la sangre, además, el amor y la generosidad;
Verde: simboliza esperanza, representa a la naturaleza y la vida;
Blanco: es por la pureza, alegría y fe;
Dorado: significa prosperidad y riqueza;
Plateado: este color puede tener diversos significados como representar la riqueza, transparencia e inocencia.
(Fuente: LA NACIÓN)