Así lo adelantaron desde la cabecera del viaducto del lado paraguayo y miembros de Gendarmería Nacional apostados en el lado argentino, en la mañana de este martes 1 de agosto, aunque pasado el mediodía continuaba el lento tránsito hacia Posadas.
Los interminables problemas suscitados en Encarnación, con el amontonamiento de vehículos que atascan el tránsito en la zona cercana al acceso internacional, las maniobras arriesgadas de algunos y los intentos por desviar las largas «colas» de los avivados de siempre, hacen recrudecer los ánimos y dan lugar a enfrentamientos que pasan a las manos y a los garrotes.
Paraguayos sostienen que los disturbios se deben a los argentinos y estos, a la avidez de paraguayos que ven disminuidas sus posibilidades de cruzar varias veces al día con combustibles, aceite, vinos y cuanto deseen comprar a «precio regalado» del lado argentino.
Uno y otros no reconocen como válida la decisión de las autoridades de no permitir la carga estática sobre el viaducto, como manera de prevenir un desgaste mayor de la estructura que carece del mantenimiento adecuado para el uso que se le da diariamente. Y ese es, precisamente, el factor que suma vehículos en las estrechas calles de la zona comercial de Encarnación, y el foco del principal conflicto.