Misiones no está pasando por el mejor de los momentos. No solamente estamos atravesando una de las peores épocas en lo referido al fenómeno climático, de muchas precipitaciones y tormentas muy fuertes, sino que además el “clima” social en cada punto de la provincia se encuentra casi al límite, debido a la mala praxis constante del gobierno provincial en lo referido a la administración del estado.
Las lluvias de la pasada semana dejaron al descubierto la inoperancia de muchos años de desidia y abandono de gran parte de los municipios ribereños. Es que pareciera que estas localidades importan solamente llegados los momentos electorales, donde inclusive en algunas ocasiones los resultados les fueron adversos, y donde a pesar de esto, mucho no les importó lo que manifestaron las urnas, teniendo actitudes casi de castigo hasta tanto estos resultados no se revirtieran.
Es que el Frente Renovador concentra 77 de 78 intendencias, 2/3 partes de la legislatura provincial y la administración central del gobierno provincial desde el 2003 de manera ininterrumpida, con lo que el eje de la gestión los ubica como responsables de la falta de obras hídricas y de infraestructura, que provocan que, en situaciones climáticas como esta que cada vez son más frecuentes, la provincia se encuentre con caminos cerrados, rutas intransitables y miles de vecinos relocalizados.
El último temporal dejó a más de 300 familias evacuadas en toda la provincia, con municipios que vieron sus caminos afectados como San Antonio, Santa Rita, Panambí, San Javier, Mojón Grande y Montecarlo, y dos rutas prácticamente colapsadas e intransitables como la Ruta Provincial 2 y la Ruta Provincial 3.
Sumado a la cuestión meteorológica, en cada escuela de cada punto de la provincia, se viene desarrollando una escalada de tensión. La semana pasada fueron varios los días en los cuales el sector docente se manifestó en asambleas o con marchas, situación que se prevé continuará durante estos días y en mayor medida, con ausencia a los lugares de enseñanza, hasta tanto el gobierno provincial ofrezca una respuesta al pedido de recomposición salarial.
La provincia que festeja la educación disruptiva, el modelo Start-up y la escuela de robótica, tiene el 6to peor desempeño académico en las últimas pruebas aprender, lo que se explica ya desde la importancia que le da el gobierno al salario de quienes deben impartir la enseñanza. En Misiones, un docente de grado percibe un salario bruto de $216.000, siendo la penúltima provincia que peor paga solo por encima de Formosa, quedando a casi $50.000 de la media nacional y a más de $120.000 de la gestión que mejor paga, que es la provincia de Salta, según el informe indicativo de Salarios Docentes.
Esta segunda gestión de Hugo Passalaqua comenzó bastante tambaleante, con el destape de múltiples casos de corrupción en el Consejo de Educación, con designaciones de amigos y familiares, lo que obviamente sumado al contexto económico, ha llevado inclusive desde antes de iniciarse el período lectivo, a que los docentes salgan a manifestarse por el atraso en la actualización de los salarios y ni hablar de la infraestructura de algunos establecimientos que merece un tratamiento a parte.
En estos 20 años el partido renovador ha gestado un mecanismo de acumular poder que los ha colocado en un lugar de prácticamente impunidad total; cada dos años refuerzan ese poder electoral, ocultando los problemas bajo la alfombra y olvidándose de sus votantes en otras épocas.
Gremios amigos, dirigentes asentidores y muchos cómplices que han aceptado el despotismo en el cual nos encontramos inmersos, han colocado a los docentes en una situación casi inhumana. Aún no ha explotado completamente la olla, ahora sucede con el sector docente, pero con ellos viene el personal de las fuerzas de seguridad, de salud, penitenciarios y un centenar de empleados públicos que próximamente estarán en situaciones similares. Dios quiera que me equivoque y en algún momento la vean.