Los incendios en la Comarca Andina, particularmente en el Bolsón, desataron una crisis que se intensifica con cada día que pasa. Sergio Cavicchioli, periodista de Radio Rivadavia de Comodoro, dialogó con “La Última Rosca” de Radio Up 95.5 y compartió detalles devastadores sobre la magnitud y las posibles causas detrás de este desastre.
Desde el comienzo, Cavicchioli fue claro sobre la naturaleza intencional de los incendios: “Estamos frente a una situación muy desesperante por el momento, porque hay una clara intencionalidad de desestabilizar todo lo que es la dinámica turística que tiene la comarca andina”, afirmó.
Los focos de incendios no son producto de un accidente, sino de una serie de acciones deliberadas. “El último que se pudo establecer fue el surgimiento de siete focos simultáneos. Esto no es un riesgo habitual, esto tiene una clara intencionalidad de que se produzca”, recalcó.
La situación se agrava aún más por la falta de recursos para combatir los incendios, especialmente en áreas tan vastas. Cavicchioli destacó que los incendios están “lejísimos de ser controlados”, con más de 3.000 hectáreas de terreno afectadas. “Las provincias no tienen recursos adecuados para poder combatir tamaña magnitud”, explicó.
“Estamos frente a una situación muy desesperante por el momento”, dijo Cavicchioli, al detallar la gravedad de la crisis. El fuego no solo está arrasando con la vegetación, sino también con vidas humanas. La primera víctima fatal fue un “viejo poblador que no quiso ser evasorio” y que finalmente murió debido a la combinación de gases contaminantes y las llamas. “Lamentablemente terminó falleciendo como consecuencia de haber sido alcanzado primero por los gases contaminantes del incendio y luego finalmente por el incendio”, relató Cavicchioli con tristeza.
En cuanto a los turistas, la situación también ha sido alarmante. “De a poco, los turistas que ven el incendio como algo lejano lo comienzan a percibir de manera más cercana”, explicó Cavicchioli, refiriéndose al miedo y la evacuación de aproximadamente 200 turistas en las zonas más afectadas. A pesar de la gravedad, las autoridades no parecen haber tomado las medidas preventivas necesarias. “Nada de esto se ha hecho”, comentó, criticando la falta de mantenimiento del bosque nativo, lo que contribuyó al avance incontrolable del fuego. “Los bosques necesariamente tienen que ser mantenidos, son un organismo vivo”, afirmó.
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Sobre las posibles motivaciones detrás de estos incendios, Cavicchioli subrayó que, aunque hay especulaciones, no se ha probado ninguna relación con negocios inmobiliarios. “Yo no veo, por lo menos por ahora, una intención de negocio inmobiliario detrás de esto”, aseguró. Sin embargo, mencionó que en la región existe un contexto complejo, donde “grupos autodenominados mapuches” podrían estar involucrados en un intento de desestabilización, ya que “no hay en la Comarca Andina un mecanismo más eficaz y más eficiente para desestabilizar un gobierno que ser un incendio”.
“Nada de esto se ha hecho. No se ha hecho mantenimiento en los bosques”, enfatizó, al referirse a la negligencia gubernamental en la región. La falta de acción preventiva y la desidia histórica han dejado el terreno vulnerable a estos incendios devastadores. En este contexto, Cavicchioli también lamentó la escasa respuesta del gobierno nacional: «¡”La respuesta es muy escasa, no quiero decir nula, pero ha habido acompañamiento con recursos para las familias damnificadas”.
A pesar de los esfuerzos de los brigadistas, la magnitud del desastre parece imparable. “Lo único que puede llegar a parar estos incendios es la naturaleza”, dijo Cavicchioli, señalando que la lluvia es la única esperanza para frenar los focos activos. “La lluvia va a ser el único elemento que puede jugar un papel decisivo en este sentido”, expresó, destacando lo difícil que es controlar un incendio en una zona tan amplia y dispersa.
El impacto es irreparable. “Es una pérdida patrimonial natural enorme”, afirmó Cavicchioli, refiriéndose a las hectáreas arrasadas. En los últimos días, los incendios han destruido entre 4.000 y 4.500 hectáreas, una cifra alarmante aunque aún distante del récord de 40.000 hectáreas quemadas en el pasado. “Estamos bastante lejos de seguro, pero por supuesto todo es lamentable, digamos, que se quema un metro cuadrado de ese bosque”, lamentó.