El sector yerbatero se mantiene al pie del cañón en la lucha por un mejor precio. Sergio Delapierre, productor yerbatero y representante de la Mesa Asesora Yerbatera, compartió la preocupación de los productores por los precios bajos y la necesidad de tomar medidas contundentes para revertir la situación.
“Nosotros queremos mil pesos por kilo, pero no podemos hablar de esa forma porque hay que ser responsables”, afirmó en diálogo con “RX – Realidad Mixta” de Radio Up 95.5.
El compromiso por los $450
El Ministerio del Agro se comprometió a establecer un precio de referencia de $450 por kilo, pero Delapierre expresó dudas sobre cómo se alcanzará esa cifra. “No sé si lo dijeron por decir, pero me gustaría que el ministro explique cómo van a llegar a $450”, cuestionó.
En este contexto, la Mesa Asesora Yerbatera había propuesto inicialmente un precio base de $390. “No estábamos de acuerdo con hablar de grandes números porque ni siquiera eso se llega a cumplir. El INIM, por el momento, no tiene ninguna chance de regular precios”, explicó Delapierre.
Además, señaló que el mercado enfrenta una situación de sobreoferta: “Hay sobrante de yerba en los galpones y las plantaciones tienen una muy buena brotación”, comentó. Sin embargo, advirtió que esto podría cambiar dependiendo del clima hacia finales de verano.
Frenar la cosecha como solución
Para contrarrestar la caída de los precios, la Mesa Asesora Yerbatera propuso limitar la cosecha durante los próximos meses. “Estamos pregonando que los productores no cosechen más que lo necesario, que hagan una mini cosecha para tener algún recurso, pero que guarden la hoja en planta todo lo que puedan”, instó Delapierre.
Según el productor, esta medida no solo beneficiaría la calidad de la yerba, sino que también podría forzar a la industria a ofrecer mejores precios. “Si frenamos la safra, existe la posibilidad de que aumenten los precios. No sabemos hasta cuánto, pero que va a subir es seguro”, aseguró.
Por otra parte, Delapierre destacó que mantener la hoja en planta no afecta negativamente la calidad del producto. “En realidad, mejora el sabor. La yerba cuando tiene hojas con muchos meses tiene mejor sabor que una recién brotada”, señaló.
Sin embargo, advirtió sobre posibles problemas si las hojas permanecen demasiado tiempo en la planta: “Puede tornarse de color oscuro por un hongo que invade las hojas viejas, pero si cosechás seis meses después, no hay ningún perjuicio”, explicó.
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El Rol del gobierno y los tareferos
La propuesta de frenar la cosecha implica un desafío económico para los tareferos, quienes dependen de la actividad para subsistir. Por ello, Delapierre hizo un llamado al gobierno provincial: “El Estado debe otorgar un subsidio para que los tareferos puedan acompañar este movimiento sin perjudicar a sus familias”, indicó.
Además, sugirió medidas complementarias como la reducción de impuestos en la cadena productiva: “Una rebaja de ingresos brutos podría beneficiar a las empresas misioneras y comprometerlas a volcar ese beneficio al precio al productor”, propuso.
“Que la industria que haga cargo”
Delapierre no ocultó su malestar con parte de la industria yerbatera. “Fueron ellos los que derrumbaron el precio. Las cooperativas pagaron $330 o $350, pero el resto de la industria pagó $200 o menos, y a plazo”, denunció.
Para el productor, la estrategia de frenar la cosecha no busca perjudicar a nadie, sino equilibrar la oferta y la demanda. “La industria utiliza esta herramienta para bajar precios, nosotros ahora hacemos lo mismo para subirlos”, sentenció.
Por último, Delapierre destacó la importancia de una acción conjunta entre productores, el gobierno y la industria para encontrar soluciones sostenibles. “La solución está en Misiones. Tenemos que parar la cosecha y el gobierno tiene que hacer lo suyo”, concluyó.