Este miércoles, se realizó una asamblea en Colonia Mado, que reunió a productores de localidades como Wanda, Santiago de Liniers, 9 de Julio, Eldorado y gran parte de la zona norte, donde los yerbateros reafirmaron su demanda de un precio justo de $390 por kilo de hoja verde y decidieron sostener el freno de la zafriña.
Las dificultades económicas, la falta de financiamiento y la necesidad de solidaridad entre los actores fueron los ejes centrales del encuentro.
En este sentido, los testimonios dejaron en claro que la actividad yerbatera enfrenta una situación límite. Uno de los productores destacó que “el servicio de cosecha cuesta $130 por kilo. Si sumamos el secado, estamos en $390. ¿Cómo hacemos para cubrir eso? Hay que salir a vender cheques. No se puede trabajar así, nos fundimos”. Otro productor añadió: “Cada quince días hay que tener la plata para pagar a la gente. Estamos locos, no hay financiamiento y estamos atrapados”.
La falta de liquidez también fue un tema recurrente. “Tenemos cheques hasta abril. En Semana Santa todavía estaremos arrastrando deudas. Yo tengo 80 hectáreas sin tocar porque simplemente no puedo levantar la cosecha”, relató un colono.
Autoregular la producción
Algunos participantes consideraron que la crisis podría llevar a una regulación automática del mercado. “Esto se regula solo porque no hay plata para pagar. Muchos van a tener que dejar de trabajar. El que guarda la hoja en el galpón no sabe a quién vendérsela”, explicó un productor de Eldorado. Sin embargo, también alertaron sobre los peligros de no actuar. “Si no cosechamos, las plantas se mueren. Cuando rebajás con motosierra, perdés un 50% del yerbal”, afirmó otro asistente.
La solución propuesta por algunos fue reducir costos al mínimo. “No hay que gastar en abonos, pulverizaciones ni grandes limpiezas. Que los bichos se las arreglen solos”, sugirió un productor de Santiago de Liniers.
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El valor de la unidad y la solidaridad
Uno de los momentos más significativos fue el reconocimiento al trabajo colectivo de los productores para enfrentar las adversidades. Un representante de Wanda destacó: “La fortaleza de este grupo es la unión. No es fácil, pero estamos juntos, y eso es lo que importa. Tenemos que apoyar al que está peor”. Otro participante enfatizó: “Estamos en un cambio de ciclo que puede ser aún más duro. La clave es estar unidos y en alerta”.
La mesa asesora yerbatera también fue elogiada por su labor. “Este grupo lleva cuatro años trabajando sin descanso. Viajan, negocian y ponen su tiempo al servicio de todos nosotros. Es importante reconocer su esfuerzo”, comentó un productor de 9 de Julio.
El desafío de los pequeños productores
Los pequeños productores también compartieron sus vivencias, que reflejan la magnitud de la crisis. “Tengo poca yerba, pero cuesta mucho trabajarla. Mi señora y yo hacemos lo que podemos con nuestros medios, pero no alcanza. Carpimos cuando podemos, y así seguimos”, relató un colono de Mado. A pesar de las dificultades, el mensaje final fue claro: “La unión es lo único que puede sacarnos adelante”.
A pesar de la incertidumbre, los productores acordaron mantener la comunicación y planificar nuevas reuniones. “Seguiremos luchando juntos. La mesa chica está para acompañar lo que decida el compendio yerbatero”, concluyó un representante.