En un contexto económico difícil para los comerciantes de la frontera argentina con Brasil, Walter Feldman, presidente de la Cámara de Comercio de Bernardo de Irigoyen, destacó la profunda caída en las ventas a los ciudadanos brasileños, que ha llegado a desplomarse entre un 60% y un 70%. Este fenómeno, explicó, está directamente relacionado con la pérdida de atractivo de los productos argentinos debido a la inflación y la caída del real frente al peso argentino.
“El consumo del brasileño hacia el producto argentino disminuyó mucho, obviamente por el aumento de todo lo que tuvimos”, afirmó Feldman, en diálogo con “RX – Realidad Mixta” de Radio Up 95.5.
El real, que anteriormente favorecía a los compradores brasileños por su valor adquisitivo en Argentina, cayó “y lo que antes estaba cercano a las $270 ahora está alrededor de 200 pesos”, lo que hizo que para ellos ya no sea rentable comprar en el país. Sin embargo, siguen viniendo durante los fines de semana, motivados por la experiencia de pasear en Argentina y adquirir algunos productos de alta calidad que no encuentran en Brasil, como vinos y dulces de leche.
Feldman también explicó que la situación es cíclica. “Nos mal acostumbramos esos dos años de invasión comercial brasileña, en la que todos los días venían a comprar y arrasaban en los supermercados”, señaló, refiriéndose a los años en los que la devaluación del peso hacía que los brasileños cruzaran en masa para aprovechar los precios bajos. Ahora, esa situación dio un giro, y los argentinos son los que buscan mejores precios en Brasil. “Hoy la torta va cambiando de lado”, dijo.
Uno de los factores más preocupantes que mencionó es que solo el 10% del tránsito fronterizo se realiza de manera legal. “Todos conocen la frontera de Irigoyen como es, y el 90% de las personas que pasan van y vienen a Brasil lo hacen por la aduana paralela o por los pasos fronterizos sin control”, comentó Feldman.
Según explicó, muchos argentinos cruzan el lago o utilizan caminos no controlados para evitar las largas filas en la aduana, donde los trámites migratorios y las restricciones dificultan el paso. “Si vas a demorar media hora para ir y media hora para volver, directamente lo hacen por el lago”, explicó.
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El presidente de la Cámara de Comercio también señaló que, aunque ciertos productos, como carne, pollo y lácteos, están prohibidos para pasar por la aduana, los controles son insuficientes. “La gente encuentra la manera”, dijo, refiriéndose a las alternativas que los consumidores utilizan para evitar las restricciones.
La situación en Bernardo de Irigoyen es más permisiva en comparación con otras fronteras, como Puerto Iguazú o Posadas, donde los controles son más estrictos y hay que pagar para pasar productos de manera ilegal. “Acá podés estacionar tu auto y prácticamente ir con el carrito del supermercado hasta el auto argentino”, agregó.
La falta de infraestructura adecuada en el paso fronterizo de Bernardo de Irigoyen también agrava el problema. Según Feldman, la frontera solo cuenta con una o dos casillas para gestionar el ingreso y salida, lo que provoca grandes demoras. “Hace más de 10 años que venimos reclamando esto, pero sigue igual. Lo que necesitamos es una infraestructura nueva con más acceso de carriles, como tienen en Iguazú”, reclamó.
La baja en las ventas no solo afecta a la frontera, sino que es un problema generalizado en todo el país, según Feldman. “Se ve a lo largo del territorio nacional esta disminución de ventas y consumo, no es solamente aquí en la frontera”, concluyó.