La problemática de los saldos a favor en ingresos brutos sigue siendo un tema sensible para las empresas que operan en Misiones.
En diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5, Alejandro Haene, tesorero de la Confederación Económica de Misiones (CEM), discutió el impacto que estas demoras tienen tanto en las compañías locales como en las foráneas.
“Esto no es un tema nuevo, es algo que viene de tiempo atrás. Las devoluciones, cuando pasan tiempos excesivos, pierden el valor de recupero por la mera devaluación del peso. Esto es a causa de la inflación”, sostuvo Haene.
El tesorero destacó cómo esta situación afecta particularmente a las empresas de fuera de la provincia. “Cuando hay saldos excesivos y no tienen la posibilidad de recuperar los saldos a favor, dejan de trabajar con Misiones. Eso genera un problema porque reemplazar a un proveedor no es fácil, sobre todo porque uno ya tiene armada una dinámica de trabajo con ellos”.
Sobre el funcionamiento de la Agencia Tributaria de Misiones (ATM), Haene señaló que “a las empresas que solicitan los saldos a favor se les revisan los últimos diez años de todas sus presentaciones y pagos”, lo que retrasa aún más el proceso de reintegro. Además, destacó que “cuando finalmente sale la resolución para devolver los fondos, ese trámite también se demora”.
“La retención es inmediata, pero el reintegro tarda seis meses. Evidentemente hay algo que está desfasado”, subrayó Haene, refiriéndose al desequilibrio entre las exigencias fiscales y las devoluciones pendientes.
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Ante esta realidad, desde la CEM han propuesto cambios sustanciales. “Hay demasiados regímenes de retenciones y percepciones que, en muchos casos, se pisan. Esto solo contribuye a generar saldos a favor más altos. Entendemos que deberían simplificarse para que los saldos finales no sean tan elevados”, afirmó. También sugirió que las empresas puedan “compensar el saldo a favor con los pagos a cuenta, en lugar de tener que desembolsar más recursos para estas erogaciones”.
A pesar de las dificultades, Haene destacó la voluntad de diálogo por parte de las autoridades provinciales. “Valoramos la actitud del ministro Safran, quien siempre nos recibe cuando es necesario. Sin embargo, el asunto es que las empresas hacen los reclamos, y nosotros somos un canal para expresar estos problemas”.
El impacto económico de estos retrasos es evidente. “El dinero parado podría estar destinado, por ejemplo, a inversiones o a pagar mejor a los proveedores”, argumentó. Además, alertó que, si no se ajustan los plazos de reintegro, los recursos seguirán perdiendo valor. “Hoy la inflación ha bajado, pero los primeros meses del año tuvimos índices de dos dígitos. Los saldos que vienen de años anteriores se pagan a moneda histórica, y eso genera una pérdida significativa”.
Por último, Haene reconoció que, aunque hay avances en los canales institucionales, estos surgieron debido a “falencias de ambas partes”, y enfatizó que “no queda otra que seguir trabajando y dialogando para mejorar”.
“Hay que ajustar tanto los plazos como el funcionamiento interno. De lo contrario, el desfasaje seguirá perjudicando a todos”, concluyó Haene.