Los productores de té en Misiones enfrentan una situación crítica debido a la combinación de desafíos económicos y climáticos mientras se preparan para el inicio de la zafra, previsto para septiembre. Cristian Klingbeil, productor misionero de té, dialogó con este medio y detalló los problemas que el sector enfrenta, subrayando la incertidumbre que rodea tanto al inicio de la cosecha como a la fijación de precios.
El inicio de la zafra no solo depende de una fecha fija, sino de las condiciones climáticas favorables que permitan el brote adecuado del té. “Hoy por hoy nosotros podemos fijar una fecha de inicio de zafra, pero en realidad se empieza a cosechar cuando la planta tenga brotes y las condiciones del clima son óptimas”, explicó Klingbeil.
La situación se complica aún más debido a un fuerte ataque de ácaros que ha afectado las plantaciones. “Dependemos de cuando el ácaro libere las plantas y de que pare de helar”, añadió el productor.
Las heladas recientes han retrasado el crecimiento de las plantas, lo que podría postergar la zafra hasta fines de octubre o noviembre. “Se estima que podría iniciarse a fines de octubre o noviembre, todo depende de cuando termine de helar”, señaló Klingbeil, subrayando la incertidumbre que enfrenta el sector debido a las variaciones climáticas.
Sin embargo, a los desafíos climáticos se suman los problemas económicos que complican aún más la situación de los productores de té en Misiones. La reciente reunión de la Comisión Provincial del Té (Coproté) no logró un acuerdo sobre el precio del brote, dejando a los productores en una situación de incertidumbre.
En este sentido, Klingbeil manifestó su frustración: “Hoy en día estamos sumamente lejos de llegar a un acuerdo por los precios”. Los productores habían solicitado 130 pesos por kilo, pero las negociaciones continúan sin un consenso claro.
“Hoy tenemos una grilla de costos del Ministerio de Agro que da entre 85 y 87 pesos sin ganancia. Con ganancia, estaríamos hablando de un mínimo de 100 pesos, quedando incluso muy lejos de la realidad”, agregó Klingbeil, subrayando cómo la falta de acuerdo en los precios afecta directamente la vida de los productores.
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Además, la economía del sector se ve afectada por el aumento constante de los costos, que incluyen el combustible, los jornales de los obreros y el mantenimiento de la maquinaria. “Las medidas económicas complican, el dólar tan bajo nos está dejando en el medio de un ‘sandwichito’ que no sé cómo vamos a llevar adelante”, expresó Klingbeil.
El productor también detalló los altos costos asociados con la fertilización y el control de malezas, fundamentales para mantener la calidad del té. “Para fertilizar 200 kilos de abono por hectárea son 160 mil pesos. Un prestador de servicio que cosecha 100 hectáreas necesita 16 millones de pesos, sin contar el trabajo de aplicar el fertilizante y esperar que el clima acompañe”, detalló.
La situación en el sector es crítica, y los productores temen que la falta de acuerdo en los precios, sumada a los desafíos económicos y climáticos, podría llevar a una crisis más profunda. “Si las cosas siguen así, vamos a terminar pidiendo algún plan para poder sobrevivir”, advirtió Klingbeil, destacando la difícil situación en la que se encuentran los productores, quienes enfrentan la presión de aumentar los salarios de los trabajadores mientras luchan por mantener sus operaciones a flote.
La próxima reunión de la Coproté, prevista para el 23 de agosto, será crucial para intentar avanzar en las negociaciones y encontrar una solución que permita a los productores iniciar la zafra con un precio justo que les permita cubrir sus costos y obtener una ganancia mínima. Mientras tanto, el sector permanece en vilo, esperando que las condiciones climáticas mejoren y que se logre un acuerdo que garantice la sostenibilidad de la producción de té en Misiones.