Así lo manifestó Claudio Hacklander, director de Producción del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en diálogo con Radio Up 95.5, en relación al informe presentado por la UADE sobre el incremento del precio en góndola del producto, en contraposición con los productores.
El reciente informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) sobre el aumento del precio de la yerba mate en góndola ha generado controversia. Según el informe, el precio de la yerba mate creció un 35% en el segundo trimestre de este año, mientras que la inflación de alimentos en el mismo período fue del 14%.
En este sentido, Claudio Hacklander, director de Producción del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), cuestionó la veracidad de estos datos, en diálogo con este medio.
Hacklander no dudó en calificar el informe de la UADE como «falacias absolutas y totales», subrayando la importancia de consultar fuentes directas antes de publicar información masiva. “El valor del paquete en góndola tuvo un aumento importante, pero lo demás que describe ese informe es realmente lamentable porque dicen cosas como esas sin averiguar”, afirmó.
Según Hacklander, el precio de la hoja verde no ha visto un aumento del 35% como sugiere el informe.
“Desde el principio de año hasta fines de marzo, había un precio laudado por nación de 250 pesos la hoja verde puesta en secaderos. Con la desregulación, el mercado ofrecía 380 pesos, pero hoy ese valor es de 180 pesos en algunos casos”, explicó.
Además, destacó que los pagos se realizan con cheques posdatados hasta 120 días, complicando aún más la situación financiera de los productores.
Además, Hacklander proporcionó una visión más detallada sobre los costos de producción. “El costo de elaboración de la yerba para ponerla en el secadero nos cuesta más de 100 pesos el kilo de hoja verde. En seis meses llegamos a la misma situación que habíamos llegado en los años 2000”, advirtió.
Esta comparación histórica refleja una situación crítica similar a la de finales de los 90 y principios de los 2000, cuando los precios eran insosteniblemente bajos para los productores, según indicó el propio Hacklander.
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Por otra parte, afirmó que la distribución desigual dentro de la cadena productiva es otro punto crítico. A su vez, Hacklander sugirió que la especulación podría estar influyendo en el aumento del precio en góndola.
“El Instituto Nacional de la Yerba Mate siempre manejó un precio de base, que era el costo productivo más un porcentaje de ganancia para el productor. El valor del paquete de salida de molinos jamás manejó el instituto”, aclaró.
En tanto, señaló que esta falta de regulación en la etapa comercial podría estar permitiendo que intermediarios y comerciantes obtengan ganancias desproporcionadas.
Por otro lado, y para garantizar un precio justo y transparente, Hacklander sugirió la necesidad de un valor referencial basado en los costos reales de producción.
“Sería ideal que tengamos un valor de abajo para arriba, desde el precio de la mano de obra, el mantenimiento de los yerbales, el costo productivo real más ese porcentaje de ganancia de cada sector, y terminar de ponerlo con el precio del paquete en góndola”, propuso.
Según apuntó, esta medida “permitiría al consumidor conocer el costo real de producción del paquete de yerba mate, asegurando una distribución equitativa de las ganancias”.
Por último, destacó que la situación también afecta a los trabajadores de la cosecha y señaló que el costo de la mano de obra y los fletes supera los 100 pesos por kilo de hoja verde, dejando menos de 80 pesos para los productores.
“La mayoría de los casos se hace por medio de prestadores de servicio de cosecha y fletes”, agregó, subrayando las dificultades financieras que enfrentan tanto los productores como los tareferos.