El oficial Diego Correa resultó detenido este lunes por la mañana, en el marco de la investigación y acusación por “sedición” durante el acampe del mes de mayo. Su esposa, Sol Maira, denunció que “hay una persecución por parte del gobierno” contra su esposo tras una denuncia que realizó y “se perdió”. Ramón Amarilla, suboficial retirado y referente del sector, adelantó que acamparán frente al lugar donde tienen detenido al efectivo.
El conflicto entre las fuerzas policiales de Misiones y el gobierno provincial escaló nuevamente tras la detención del oficial Diego Correa, a quien se acusa de “sedición” en relación con el acampe y las protestas que tuvieron lugar en mayo de este año. La detención, llevada a cabo el lunes por la mañana, desató una ola de indignación entre los compañeros de Correa y sus familiares, quienes denuncian persecución política y la ruptura del acuerdo firmado en el marco del conflicto salarial que prometía poner fin a las represalias contra los oficiales involucrados en las protestas.
El suboficial retirado Ramón Amarilla, referente de la mesa de diálogo y uno de los principales voceros del sector policial, se ha mantenido al frente del acompañamiento a los oficiales y sus familias. Desde la Jefatura de Policía, donde han montado un acampe en señal de protesta, Amarilla, junto a Sol Maira, esposa del oficial Correa, dialogaron con Bryan Villalba y Alejandro Chini en el programa “La Última Rosca” de Radio Up 95.5, donde expusieron la gravedad de la situación.
“Nos atropellan con animosidad”
Amarilla, quien se mantuvo acompañando a los policías desde el inicio del conflicto, expresó su consternación por la detención de su colega: “Hoy a la mañana detuvieron a un personal policial, un oficial que supuestamente ha sido denunciado por otro oficial. Verdaderamente no es clara esa situación. La cuestión es que lo detuvieron y está incomunicado al lado de la seccional segunda”, explicó.
Según Amarilla, la detención del oficial Correa se produjo en circunstancias confusas, sin que se haya brindado información clara sobre los motivos específicos de la misma.
Este suceso, que podría parecer un caso aislado, no es más que la punta del iceberg de un conflicto más amplio entre la policía y el gobierno provincial. «Nosotros, después a media mañana, recibimos la notificación de que nos iniciaron nuevamente actuaciones administrativas, rompiendo el acta firmada el 29 de mayo. Es lamentable, porque en esa acta se nos prometió que no íbamos a ser perseguidos», denunció Amarilla.
El acuerdo firmado a fines de mayo había generado un breve respiro en las tensiones, pero la reciente detención y la reactivación de las investigaciones administrativas generaron una profunda sensación de traición entre los oficiales. “Es algo que nos acongoja a todos. Estamos acompañando a la familia de este oficial, que hoy también ha sido citada para declarar”, afirmó Amarilla.
Sol Maira, esposa del oficial detenido, expresó su dolor y preocupación por la situación que atraviesa su familia: “Mi marido está sufriendo una persecución, por ayudar y estar con sus compañeros reclamando lo justo”, dijo, refiriéndose al rol de Correa en las protestas que dieron lugar a las recientes acusaciones en su contra.
Consultada sobre el momento en que su esposo fue detenido, Maira detalló: “Hoy a la mañana, aproximadamente a las 10, mientras él estaba trabajando”. Lo más preocupante para la mujer es la incomunicación a la que está sometido su esposo, quien desde su detención solo ha podido verla en circunstancias muy limitadas: “Apenas me dejaron pasar a verlo, no me dejaron tampoco llevarle nada para comer”, comentó angustiada.
El estado emocional de la familia se ve agravado por la situación de sus hijos: “Tenemos dos niños, una nena de 12 años y un nene de 4. Es muy difícil para ellos”, dijo Maira. Además, expresó su indignación por el trato que está recibiendo su esposo: “No es un delincuente, entonces eso es lo que me preocupa. Está incomunicado, no lo dejan ver a nadie, ni siquiera a sus padres. Me parece injusto que esté pasando por esta situación”.
La detención de Correa parece tener su origen en una denuncia que él mismo realizó contra el director general de seguridad, lo cual, según Maira, desencadenó represalias en su contra. “Él denunció algo y todo se desapareció», afirmó. Aunque no brindó detalles específicos sobre la denuncia, dejó entrever que la misma tenía que ver con irregularidades en la fuerza policial.
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Persecución y temor dentro de la fuerza
El malestar dentro de la policía es palpable. En este sentido, Amarilla hizo un crudo análisis de la situación actual: “Nosotros hemos recibido muchas persecuciones durante toda nuestra carrera y muchos colegas han perdido su trabajo, los han pasado a disponibilidad, los han exonerado de la policía solo por pelear por sus derechos”, explicó.
Sin embargo, esta no es la primera vez que los oficiales enfrentan represalias por parte de la jefatura, y Amarilla advirtió que lo que está ocurriendo ahora es parte de un patrón recurrente: “No es algo nuevo”.
Para los efectivos, uno de los aspectos más preocupantes es la facilidad con la que se toman medidas administrativas antes de que las causas judiciales sean resueltas. Amarilla describió el proceso por el cual los oficiales son pasados a disponibilidad o incluso exonerados antes de que la justicia se pronuncie sobre sus casos: “Administrativamente se deshacen del personal. Lo exoneran de la policía y le arruinaron para toda la vida. Luego, cuando la causa judicial se resuelve y resulta que no tenía nada que ver, ya es tarde, ya no tienen trabajo”, explicó.
Esta situación generó una profunda desconfianza entre los oficiales, quienes temen que sus derechos sean vulnerados de manera arbitraria. “Hoy podemos dudar de todo. ¿Qué me asegura a mí que esto no es una cama para empezar a tumbar a nuestros colegas y tratar de sacarlos del medio?”, se preguntó Amarilla.
El trasfondo político del conflicto
El suboficial retirado también hizo alusión a las maniobras políticas detrás de las recientes detenciones y sanciones. Según Amarilla, la mesa de diálogo está siendo deliberadamente desmantelada por las autoridades provinciales: “Lamentablemente, están buscando desarmar la mesa de diálogo”, afirmó.
A modo de ejemplo, reveló que tanto él como otro referente del sector, Germán Palavicino, fueron señalados como posibles candidatos a ser exonerados en el corto plazo: “Llegó a mis oídos que nos quieren exonerar a Palavicino y a mí, nos quieren dejar sin nada”, agregó.
A pesar de la adversidad, Amarilla se mostró decidido a seguir luchando por los derechos de sus compañeros: “Yo voy a luchar hasta las últimas consecuencias, no podemos abandonar. Si estamos en nuestro derecho, tenemos que luchar por la verdad”, afirmó.
Además, hizo un llamado a la unidad dentro de la fuerza policial y destacó que, aunque algunos intenten sembrar divisiones, “nosotros no somos enemigos. Siempre nos tratan de hacernos pelear pobre contra pobre, y no tiene que ser así”.
En medio de esta tensa situación, la familia de Diego Correa y los otros oficiales afectados cuentan con el apoyo de sus compañeros. Amarilla enfatizó la importancia de acompañar a las familias que están siendo afectadas por las recientes medidas: “Tenemos que apoyarlos, así como ellos nos han apoyado en nuestro reclamo. No somos enemigos, somos trabajadores que luchamos por un salario digno», aseguró.
Por último, Amarilla confirmó que tanto él como otros oficiales y familiares de los detenidos planean pasar la noche frente a la Jefatura de Policía en señal de protesta: “Vamos a pasar la noche aquí. Tenemos que estar en las buenas y en las malas, siempre unidos”, completó.