Tras una nueva reunión de la Comisión Provincial del Té (COPROTE) este viernes, los productores se mantienen firmes en su postura de no aceptar el precio propuesto por la industria para el brote de té, que sugiere mantener los mismos valores del año pasado. Esta falta de consenso podría derivar en una drástica decisión: no iniciar la cosecha.
La producción de té en Misiones atraviesa uno de sus momentos más críticos, según lo expresado por Cristian Klingbeil, productor tealero de la región, en diálogo con Radio Up 95.5.
“Siempre creemos que el año que estamos negociando o peleando el precio es el año más difícil, y resulta que al año siguiente empeoramos un poco más”, afirmó Klingbeil, describiendo un escenario cada vez más complicado para los productores. “Este año, lamentablemente, no es la excepción, sino la decepción”.
Uno de los principales problemas señalados por Klingbeil es el incremento de los costos operativos, impulsados por la inflación y la inestabilidad económica. “La cuestión energética, el castigo de la cuestión energética de gasoil, energía eléctrica, es una locura lo que subió”, explicó.
A esto se suma la incertidumbre respecto al precio del combustible, que podría aumentar significativamente en los próximos meses. “Hay rumores de que este septiembre puede llegar a haber un aumento al 20%, que espero que no sea así, que sea mucho más leve, pero no paran de subir las cosas”.
Los costos laborales también representan un desafío considerable. “Los obreros, con justa razón, reclaman aumentos”, comentó Klingbeil, refiriéndose a las demandas de aumento salarial del 18% por parte de los trabajadores. Sin embargo, para los productores, cubrir estos incrementos se vuelve insostenible. “No hay manera de pagar eso, no hay forma”, lamentó.
Además, la estructura económica que sostiene a la exportación del té se ha vuelto cada vez más desfavorable. Klingbeil detalló cómo la fórmula de cálculo del dólar que rige para la exportación, basada en un 80% del dólar oficial y un 20% del contado con liquidación, ha reducido los ingresos esperados.
“El dólar contado con líquido en un momento llegó a los 1400 y ahora está mucho más bajo, entonces en el promedio te está tirando el dólar de exportación a un valor muy bajo”, señaló, lo que complica aún más la rentabilidad del sector.
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El panorama que describe Klingbeil es sombrío: “Pasamos de un gobierno que no sabíamos cómo seguir, a uno ahora que no sabemos cómo arrancar, o si arrancamos”. La falta de subsidios, que en años anteriores ayudaban a paliar la situación, agrava la situación. “Años anteriores por ahí zafamos con subsidio a la luz a la industria, con el fertilizante subsidiado para los productores, y ahora no hay nada”.
En cuanto a las propuestas para solucionar la crisis, Klingbeil no se muestra optimista. “Hoy la industria dice que solo puede pagar el mismo precio que se terminó la safra anterior, de 61 pesos, y para nosotros es imposible encarar la safra con ese valor”.
Este precio, argumenta, no refleja los elevados costos que los productores están enfrentando para mantener y preparar los teales, que requieren un esfuerzo y una inversión mucho mayor este año debido a las condiciones desfavorables de la cosecha anterior.
Los problemas técnicos también se suman a las preocupaciones. Klingbeil relató cómo las deficiencias en la infraestructura eléctrica de Misiones han afectado la producción, mencionando una sobrecarga que dañó equipos en un secadero y dejó la industria paralizada durante cuatro días. “Tenés que seguir pagando sueldos, hay té que no podés procesar, perdés por todos lados”, explicó.
Ante este escenario, la próxima reunión de la COPROTE se presenta como un punto crítico para el futuro de la cosecha de té en Misiones. Los productores, como Klingbeil, están al límite, enfrentando “golpe tras golpe” en una economía que no ofrece alivio. “Estamos viendo qué es lo que va a pasar el mes que viene”, concluyó, reflejando la incertidumbre y la preocupación que domina el sector.
La posibilidad de no iniciar la cosecha no es un simple recurso de presión, sino una realidad que podría concretarse si no se alcanza un acuerdo que permita a los productores cubrir sus costos y continuar con su labor.