Así lo aseguró Eduardo Scherer, presidente de la Comisión de Prevención de la Tortura, en relación a los dos internos que fallecieron en la última semana en la unidad penal de Loreto.
En diálogo con Radio Up 95.5, durante el ciclo “La Última Rosca”, Scherer brindó detalles del procedimiento realizado y la investigación llevada a cabo por parte de la comisión, la cual posibilitó el descarte de la ingerencia de violencia institucional en ambos casos.
“Lamentablemente dos personas han perdido la vida en cuatro días y claramente nos llamó la atención”, comentó Scherer.
“Una persona falleció el día viernes, fue encontrado en el pabellón de personas que están privadas de su libertad por cometer delitos federales y la versión oficial de lo ocurrido fue un problema de índole cardíaco”, relató.
Según indicó Scherer, “el día martes a primera hora de la mañana, tomamos conocimiento de la existencia de un segundo fallecido ya en esta oportunidad en un módulo de detenidos provinciales”.
“Inmediatamente preparamos nuestras cosas y fuimos a la unidad penal de Loreto, donde estaban realizando la pericia criminalística conjuntamente con la directiva del juzgado de instrucción número 7 que intervino en los dos casos”, apuntó.
Scherer explicó que “la Comisión de Prevención de la Tortura es un organismo que tiene como función controlar y monitorear los espacios de restricción de libertad, entre ellos las unidades penales, y tenemos una particularidad en donde la ley nos faculta no solamente ingresar a cualquier lugar en forma irrestricta, sino también a solicitar documentación y entrevistar en forma reservada y confidencial a los privados de su libertad, que es lo que hicimos justamente”.
En el primer caso, Scherer indicó que “el preso estaba en una celda solo y entrevistamos a los compañeros con quienes cohabitan permanentemente. En el segundo caso, se dialogó con todos los que se encontraban en su misma celda, donde viven alrededor de 8 o 9 personas”.
“Tratamos de buscar indicios de la existencia de algún tipo de violencia, tanto institucional como también por parte de los otros internos, y preguntar o intentar dilucidar si hay cuestiones médicas o fallas en la atención para realizar los informes o las denuncias que sean correspondientes”, destacó.
Luego de la investigación, Scherer aseguró que “la realidad es que en ninguno de los dos casos nos han manifestado violencia institucional, donde de hecho fuimos muy insistentes en esta cuestión”.
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Sin embargo, sostuvo que “me parece que gira todo en torno a cuestiones médicas”.
“El interno que falleció el día martes, estuvo jueves y viernes alojado en la comisaría decimocuarta porque estaba haciendo un tratamiento sobre una infección ocular en el hospital Madariaga. También tenía otros problemas de salud por los cuales sus compañeros de celda lo trasladaban en una silla de ruedas”, manifestó.
“Él decidió y solicitó el día viernes volver a ser trasladado a la unidad de penal de Loreto porque fue su cumpleaños número 46 y porque el domingo lo iba a visitar su hija de San Vicente, conforme nos manifestaron sus compañeros de celda”, añadió Scherer.
En tanto, sostuvo que “es importante determinar las causales de la muerte, fueran cuales fueran, para poder determinar bien ese paro cardio respiratorio”
Por último, Scherer señaló que “resta determinar si, en el caso del primer fallecido, se le estaba haciendo todos los tratamientos ya que era una persona que estaba teniendo en forma continua ataques de epilepsia”.
“Esas explicaciones las va a tener que dar el médico de la unidad penal ante el requerimiento del juzgado de intrusión”, agregó.
“La otra persona, además de esa infección ocular, tenía otro tipo de padecimiento, y sus compañeros manifestaron que estaba muy depresivo, pasando una situación complicada, sobre todo por el delito por el que estaba imputado”.
“El denominador está relacionado, a mi entender, a cuestiones médicas. Hay que determinar si se hizo todo lo que correspondía ante estas situaciones”, resaltó
“Lo que a nosotros más nos interesa es poder descartar de raíz la existencia de violencia institucional que sea consecuencia directa o indirecta del fallecimiento y hoy casi en un 100% lo podemos descartar”, completó.