Son datos elaborados por el IPEC que reflejan el avance de la inflación y el costo de vida en la provincia. El llamado Hogar 2, necesitó $162 mil para superar la línea de la indigencia. En un mes, la Canasta Básica Total aumentó casi $46 mil.
En los últimos días, el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos puso a disposición de la población, los valores del costo de la Canasta Básica Total –que determina la línea de la pobreza– y de la Canasta Básica Alimentaria –que mide la línea de la indigencia– correspondientes al mes de septiembre, datos que reflejan el incesante avance de la inflación y el encarecimiento generalizado de los alimentos, productos y servicios esenciales.
Para un Hogar 2, conformado por dos adultos y dos niños de 6 y 8 años de edad, la llamada “familia tipo” en términos estadísticos, el costo de la CBT –o Canasta de la Pobreza– ascendió en el mes pasado a los $416.975,82. Es decir, la familia tipo misionera necesitó casi medio millón de pesos de ingresos mensuales para no caer en la pobreza.
En tanto, ese mismo grupo familiar requirió ingresos por $162.620,57 sólo para cubrir la CBA y no caer por debajo de la línea de la indigencia.
Estos datos muestran un fuerte avance del costo de vida, producto de la acelerada inflación que castiga los bolsillos de los trabajadores y sectores más vulnerables. Para tomar dimensión de este proceso, basta recordar que en el mes de agosto, en Misiones, la Canasta Básica rondó los $370.606,91 y la Canasta Alimentaria, los $144.536,69.
Se trata de un incremento de más de $46 mil en la línea de la pobreza y de cerca de $20 mil en la línea de la indigencia, para esta familia tipo, en apenas un mes en Misiones.
De hecho, en la comparación interanual, los efectos de la inflación se ven con una nitidez dramática: la Canasta Básica costaba $168.469,33 en septiembre del 2022; y la Canasta Alimentaria, unos $65.703,04. En otras palabras, la línea de la indigencia avanzó casi $100 mil en un año, en tanto que la línea de la pobreza, subió casi $250 mil.
Por su parte, un Hogar 1, conformado por una mujer adulta, su madre mayor de 60 años y su hijo de 18, necesitó $349.986,26 para no ser pobre y $136.494,64 para no ser indigente.
Mientras que un Hogar 3, es decir, una familia conformada por dos adultos y tres niños de 1, 3 y 5 años de edad, requirió $418.342,96 para no caer debajo de la línea de la pobreza y de $163.153,75 para no caer en la indigencia.
Finalmente, las llamadas madres de siete hijos deben ser millonarias sólo para alcanzar a cubrir las necesidades básicas de su grupo familiar: un hogar compuesto por una mujer, con siete hijos de entre 3 y 16 años, según el estimador en línea del IPEC, precisó $792.937,63 para no ser considerado pobre, y de $309.245,68 para no ser indigente.