En el corazón del sur de Misiones, en los campos enmalezados de Candelaria y Garupá, se registró un hallazgo único para la ciencia: Jollas oklanderae, una nueva especie de araña saltarina perteneciente a la familia Salticidae. Este descubrimiento es obra del biólogo Julián Baigorria, investigador del Instituto Misionero de Biodiversidad (Imibio), y su colega Gonzalo Rubio.
“Es una especie nueva para el mundo. Los seres humanos no conocíamos esta especie hasta ahora”, explicó Baigorria en diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5. El nombre científico, Jollas oklanderae, es un homenaje a su esposa, Luciana Oclander, quien también es científica y primatóloga. “Es algo muy lindo dedicarle esta especie, y más siendo un descubrimiento tan especial”, añadió el investigador.
Biodiversidad en los campos enmalezados
La araña fue encontrada en un ecosistema que Baigorria describió como poco estudiado: los campos enmalezados del sur de Misiones. “Son pastizales que uno ve en la zona de Candelaria y Garupá. Este ambiente está bastante destruido debido a la ganadería y la agricultura, y en Argentina solo el 1% de estos campos está protegido oficialmente, como en el caso de Campo San Juan”, señaló.
La nueva araña mide apenas unos pocos milímetros y destaca por imitar a pequeños escarabajos negros. Según el biólogo, esta estrategia evolutiva sirve para evitar a los depredadores: “Los escarabajos suelen tener mal sabor, lo que los hace poco atractivos para los depredadores. Esta araña imita su forma y comportamiento para evitar ser comida”.
Misiones: un epicentro de biodiversidad
La provincia de Misiones alberga una asombrosa riqueza natural, especialmente en lo que respecta a las arañas saltarinas. “La familia Salticidae es una de las más diversas, con casi 7.000 especies a nivel mundial, de las cuales unas 300 están en Argentina. De estas, más del 80% se encuentran en Misiones”, destacó Baigorria.
Aunque la Selva Atlántica sigue siendo un epicentro global de biodiversidad, el investigador remarcó la importancia de los ecosistemas menos explorados: “En los campos enmalezados hay una diversidad latente. Estos ambientes contienen especies únicas que debemos conocer y proteger”.
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Un homenaje singular
El gesto de dedicar el descubrimiento a su esposa no pasó desapercibido. “Muchos biólogos soñamos con tener una especie que lleve nuestro nombre, y también con describir nuevas especies. Dedicársela a Luciana fue algo muy significativo”, expresó Baigorria.
El descubrimiento de Jollas oklanderae no solo enriquece el conocimiento científico, sino que también pone de relieve la necesidad de proteger los ecosistemas menos visibles de la región. “Es crucial entender que la biodiversidad no solo está en la selva, sino también en estos pastizales únicos. Cada hallazgo nos recuerda la importancia de conservar estos espacios”, concluyó el investigador.