La trágica muerte de Juanita Sirimarco, una estudiante del Instituto Cristiano República Argentina (ICRA), generó una gran conmoción en Misiones y levantó numerosos interrogantes sobre las circunstancias que llevaron a su fallecimiento. Mientras la Justicia de la provincia inició una investigación de oficio, los principales actores implicados comienzan a ofrecer sus versiones.
En este contexto, Adrián Benítez, abogado de la docente Alejandra Bruning, dialogó con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5 y brindó detalles sobre la situación y señaló que la investigación debe abarcar a todos los involucrados, incluyendo la empresa de viajes Viaturex y los médicos que atendieron a la joven.
La salud de la docente y su implicación emocional
En este marco, Benítez destacó que su cliente, Alejandra Bruning, atraviesa una delicada situación de salud debido a un cuadro oncológico que se agravó, lo cual se suma al fuerte impacto emocional que le ha causado la muerte de Juanita. “Ella tenía un cariño especial por Juanita, y le brindó toda la atención posible durante el viaje”, afirmó Benítez. Además, lamentó las difamaciones que sufrió la docente, subrayando que gran parte de la opinión pública desconoce las pruebas y detalles del caso.
“Cuando se tengan todas las pruebas, se va a entender lo que realmente ocurrió y lo que hizo cada persona involucrada. Es importante aclarar que la investigación debe ser profunda y nadie debe quedar fuera de ella”, declaró Benítez, haciendo referencia a las 125 horas que transcurrieron entre el primer síntoma de Juanita y su fallecimiento.
El papel de la empresa de viajes
Otro de los puntos que señaló Benítez es la responsabilidad de la empresa Viaturex, encargada del traslado de los estudiantes durante el viaje de estudios. Según el abogado, en un momento del trayecto, la docente Bruning pidió detener el colectivo para administrar una inyección a Juanita, siguiendo las indicaciones médicas. “El conductor se negó a detener el vehículo, argumentando que las circunstancias de tiempo y lugar no lo permitían. Solo redujo la velocidad para que la enfermera pudiera aplicar la inyección en movimiento”, detalló Benítez.
Este incidente, asegura el abogado, es solo uno de los aspectos que deben ser investigados en profundidad para esclarecer las responsabilidades. “Se tiene que investigar si la empresa cumplió o no con su obligación de llevar y traer sanos y salvos a los chicos”, insistió.
En tanto, el abogado se refirió a la actuación del equipo médico que atendió a Juanita en Córdoba y en el hospital pediátrico de Posadas. En este sentido, Benítez señaló que aún no está claro dónde y cómo contrajo la infección que llevó a su muerte. “Es necesario investigar las intervenciones médicas que recibió, tanto en Córdoba como en Posadas, y determinar si el virus o la bacteria que contrajo fue adquirida en el trayecto”, explicó.
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Por otra parte, el abogado también reveló que no se realizó una autopsia al cuerpo de Juanita antes de su cremación, lo cual, según él, hubiera sido una prueba crucial para determinar las causas exactas del deceso. “Nos confirmaron que no se le practicó una autopsia, lo que hubiera sido muy importante para saber qué enfermedad o bacteria la afectó y en qué momento la contrajo”, lamentó Benítez.
Respecto al accionar de Bruning, Benítez fue enfático al defender a su cliente, asegurando que la docente siguió estrictamente las indicaciones médicas. “Alejandra no tenía la capacidad de tomar decisiones médicas. Lo único que hizo fue intentar comunicarse con el médico y seguir sus instrucciones, y eso lo hizo a rajatabla”, afirmó.
Finalmente, el abogado destacó que toda la documentación y pruebas, incluidas las recetas médicas y las indicaciones que se le dieron a la docente, ya fueron presentadas ante la justicia. “Estamos colaborando plenamente con la investigación, y estamos seguros de que las pruebas demostrarán la verdad y absolverán a Alejandra de cualquier responsabilidad”, concluyó Benítez.
