El mandatario volvió a mostrarse junto a la jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson, esta vez en el Aeroparque, donde se formalizó la donación de un avión Hércules. “Siempre juntos”, propuso en el cierre de su discurso la representante del gobierno estadounidense.
El presidente Javier Milei encabezó un acto en el área militar del Aeroparque Metropolitano, donde se firmó un convenio con el Gobierno de los Estados Unidos para la entrega a la Fuerza Aérea Argentina de un avión Hércules C 130 que tiene un valor de 30 millones de dólares. Allí estuvo la general del Comando Sur, Laura Richardson, quien desde el martes por la noche se encuentra en el país.
El encuentro se realizó apenas unas horas después del viaje relámpago de Milei a Ushuaia, donde también estuvo con Richardson y anunció que se construirá una base naval junto a los Estados Unidos en la capital de Tierra del Fuego como una muestra más de que la alianza estratégica entre ambos países“Quiero agradecerle la donación que nos ayudará a sostener el enlace aéreo permanente con nuestras bases antárticas afianzando así nuestra presencia en el continente blanco”, destacó Milei en el inicio del discurso que pronunció este mediodía.
“Hoy enfrentamos la ardua tarea de revertir la decadencia y quiero aprovechar, a la vista de la general Richardson, para anunciar una nueva doctrina de política exterior para la Argentina”, señaló el jefe de Estado. “Las alianzas tienen que estar ancladas en una visión común del mundo y no deben someterse a los que atentan contra los valores de Occidente. Esto se funda en la defensa de la vida, la libertad y la propiedad privadas de las personas. Estamos a favor de la libertad de expresión para todos; de la libertad de cultos para todos; de producir y trabajar para todos; en consecuencia, estamos en contra de la tiranía y del fanatismo religioso en todos lados”, amplió.
“Con nosotros se inaugura una nueva época de las relaciones de Argentina con el mundo. Nuestra alianza con los Estados Unidos, demostrada a lo largo de estos primeros meses de gestión, es una declaración para el mundo de que, luego de décadas de discursos rimbombantes y pactos espurios, la Argentina ha decidido retomar el rol protagónico que nunca debió abandonar. Esta nueva política exterior nos permitirá promover la prosperidad económica de nuestros pueblos, requisito indispensable para garantizar la soberanía de nuestra patria”, aseguró el Presidente.
La excursión a Ushuaia
El discurso de esta mañana fue en línea con el que había pronunciado anoche en Tierra del Fuego. “Estamos aquí para ratificar nuestro esfuerzo en el desarrollo de nuestra base naval integrada. Se trata de un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco. Esta obra nos permitirá desarrollar la economía local, brindar un servicio logístico que permita las reparaciones y apoyo a los cruceros de buques comerciales que operan en el Atlántico Sur”, manifestó el Presidente poco después de la medianoche en Ushuaia.
Richardson, quien hoy culmina su viaje por Argentina, había advertido ante el Capitolio sobre las intenciones de China en la construcción de un puerto multipropósito en Río Grande, la segunda ciudad fueguina en importancia, cuyo destino sería monitorear el paso bioceánico y tener un control sobre la entrada de la Antártida.
“Más allá de los vaivenes políticos y diplomáticos que han tenido los gobiernos de distintos signos políticos, tanto aquí como allá, los argentinos, como pueblo tenemos una afinidad natural con los Estados Unidos. Ambos pertenecemos a la tradición occidental, con una cultura, una historia política y una forma de vivir en sociedad en buena parte compartida”, señaló el jefe de Estado en otro tramo de su discurso.
Durante esta visita el Gobierno argentino dio varias señales de su acercamiento a Estados Unidos y de sus propósitos acerca de China, que en los últimos años intentó ampliar su influencia en América Latina.
El martes, una alta fuente de la Casa Rosada, le había confiado a Infobae que el Ejecutivo analizaba la posibilidad de pedir una inspección técnica para ingresar a la base espacial china que está emplazada en Neuquén, en un predió de más de 200 hectáreas en la localidad de Bajada del Agrio, a la vera de la ruta provincial 33.
Esa base, que se empezó a construir en 2014 bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y que se terminó en 2017, fue erigida en un terreno que el gobierno de Neuquén le cedió a China por un lapso de 50 años. Desde que comenzó a funcionar circularon algunas versiones sobre los verdaderos objetivos de fondo que China tiene en la estación de Neuquén con una antena que podría tener uso dual (pacífico y militar). Sobre todo desde Estados Unidos sospechan que podría tener capacidad de intercepción de satélites y que las instalaciones están controladas por una agencia espacial que reporta a los mandos militares de Xi Jinping.
La general responsable del Comando Sur que se ocupa de toda la planificación de contingencia, las operaciones, y la cooperación de seguridad para América Central y del Sur, el Caribe, estuvo el miércoles en la Casa Rosada donde fue recibida por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y por el ministro Petri.
El jueves Richardson se trasladó a Ushuaia donde visitó la base naval de esa ciudad. La llegada de Milei fue un tanto sorpresiva, pero acompañado por su ministro del Interior, Guillermo Francos, el jefe de Gabinete Posse y la secretaria General de la Presidencia, su hermana Karina, protagonizaron un acto junto a la militar estadounidense luego de recorrer 2.350 kilómetros. En esa actividad se escucharon los acordes del himno estadounidense y se entonó la Marcha de las Malvinas. Lo mismo sucedió en el acto que se realizó este mediodía en el Aeroparque Metropolitano.
El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, alineado con el kirchnerismo se negó a recibir a la misión militar de Estados Unidos y repudió su presencia.
(Fuente: Infobae)