Son los trabajadores que se estima dejaron de tributar a partir de la reforma del 2023, que había apoyado el por entonces diputado Javier Milei, que ahora quedaría revertida si hay nueva ley.
Cuando termine el proceso parlamentario del denominado Paquete Fiscal y la Ley Bases -si es que el Gobierno consigue finalmente su aprobación-, se estima que un millón de asalariados volverían a tributar el Impuesto a las Ganancias. Sería aproximadamente el 10% de los empleados registrados, que suman en total 10,2 millones, según el último dato de la Secretaría de Trabajo.
Así, el impuesto podrá alcanzará a los trabajadores solteros que tengan una remuneración bruta mensual de $1.800.000 lo que equivale a un salario de bolsillo de $1.494.000.
Si bien en todas las actividades hay empleados que pueden quedar alcanzados por el nuevo Impuesto a las Ganancias, hay algunos gremios en los que las remuneraciones son tan altas que los afectaría a todos.
Es el caso de los aceiteros. La Federación de Trabajadores del complejo Industrial Oleaginoso y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo (SOEA) en Santa Fe, llamaron a un paro por tiempo indeterminado para que no se apruebe la iniciativa. Los trabajadores del transporte de cargas también entran en el tributo. Pablo Moyano, el líder del sindicato, también llamó a protestar.
Además, los empleados bancarios también tienen salarios mínimos que ingresarían dentro de la base imponible del impuesto, al igual que los obreros marítimos dedicados a la pesca, el transporte y abastecimiento de biocombustibles.
En tanto que los trabajadores petroleros podrían ser alcanzados por el gravamen, pero los gobernadores de las provincias consiguieron la incorporación en la iniciativa en tratamiento en el Congreso de una cláusula de deducción especial que les permitiría no pagar aunque estuvieran formalmente incluidos. Además en el lote de los afectados se pueden incluir los trabajadores mineros, maquinistas ferroviarios, personal de la aviación civil y obreros especializados.