Se trata de Talia Aragón, de 27 años; los forenses detectaron que tenía una lesión de arma blanca en el tórax y cortes en los brazos que permiten suponer que intentó defenderse de un ataque antes de su caída al vacío
Mediante estudio de huellas dactilares se logró confirmar la identidad de la mujer hallada sin vida al pie de un sector de acantilados, al sur de la ciudad. Si bien en principio se sospechó de un caso de suicidio, la autopsia permitió detectar indicios de un crimen.
Fuentes policiales la identificaron como Talía Abigail Aragón, de 27 años, con domicilio en esta ciudad y con tres hijos. No había pedido de averiguación de paradero ni ningún otro indicio que permitiera especular con una desaparición sorpresiva de la joven.
Los peritos forenses habían detectado una lesión de arma blanca en tórax, sobre flanco derecho, y lesiones en los brazos que hacen presumir que intentó defenderse durante ese ataque.
El fiscal Fernando Berlingeri había abierto la causa como averiguación de causales de muerte, aunque con la presunción inicial de una posible decisión propia de la víctima de arrojarse al vacío.
A partir del informe forense se cambió la carátula hacia la de un homicidio y resta ahora determinar si la caída desde casi 20 metros, que le provocó lesiones mortales, fue en medio de ese intento de defensa o si fue deliberadamente arrojada al vacío.
El aviso de la presencia de un cadáver entre el mar y un sector de piedras, a más de 20 metros por debajo del nivel de la ruta interbalnearia que lleva a la vecina ciudad de Miramar, llegó por un llamado a la línea de emergencias 911.
Equipos de la policía, los bomberos y la Secretaría de Seguridad del municipio de General Pueyrredón acudieron hasta el lugar y confirmaron la ubicación del cadáver, a la altura del acceso al paraje Los Acantilados, un sector que combina población residente con casas de veraneo.
Los testigos logrados en la zona no aportaron demasiada información sobre la víctima. Solo en algún caso mencionaron que podría tratarse de una mujer a la que habían visto merodear por las cercanías. Pero no hay ninguna referencia de que haya estado acompañada y mucho menos del ataque o la agresión previa.
Leé también: Rosario | Balearon una estación de servicio y dejaron un mensaje amenazador contra Ángel Di María
Los rescatistas debieron apelar a sogas y mucha destreza para descender por la pared del acantilado para llevar hasta el lugar donde se encontraba el cadáver, que pudo ser retirado mediante un sistema de camilla y arneses.
Entre las prendas de la mujer no se encontró ningún elemento que contribuyera a su identificación, que recién se consiguió cuando la Policía Científica pudo cotejar las huellas dactilares.
El lugar del hallazgo es un frente de costa dominada por acantilados de gran altura. Está acompañado a nivel de ruta por una franja verde de unos 20 metros de ancho que acompaña la margen este de la cinta asfáltica. Y con reiterados y frondosos bosques, lo que hace aún más difícil percibir presencias de vehículos y personas entre esa particular vegetación.
Recién este jueves a la tarde, una vez que se confirmó la identidad, desde la fiscalía tomaron contacto con familiares de la joven. Allí se intentaba reconstruir su derrotero de las últimas jornadas. Había subido su última foto en las redes sociales el pasado 27. La muerte, según confirmaron los forenses, ocurrió pocas horas antes del hallazgo del cadáver, dato que llegó al servicio 911 este miércoles por la mañana.
Se busca ahondar ahora en su círculo de relaciones, vínculos de pareja o contactos además de sus actividades en procura de establecer cómo pudo haber llegado hasta ese lugar. Al respecto ya hay un trabajo avanzado con cámaras de seguridad tendiente a identificar su presencia y la de quien fue su atacante.
(Fuente: La Nación)