Abandonada por su madre en Posadas, fue adoptada por una mujer policía que le transmitió el cariño por el uniforme. Y como soñaba, uno de sus hijos llegó a pertenecer a la familia policial y luego dado de baja por razones poco clara; aunque para el delegado de la Regional 1 de Posadas, Ramón Amarilla “claramente se debió a su militancia en las calles, peleando por un mejor salario para todos los policías”. En la fría noche de este lunes 13 de mayo, un grupo de retirados, familiares y amigos volvieron a la calle, a la vereda, a la humillación de tener que mendigar por un aumento salarial que la Provincia les debe, a ellos, como a los docentes, como a Salud Pública.
A Mabel Rivero se le rinde homenaje en cada olla humeante que en la vereda de la Jefatura de la Policía de Misiones llena el aire en esta mañana de 14 de mayo, segundo día de nueva protesta y a la espera de una respuesta, de la apertura de la Mesa de Diálogo arbitrariamente suspendida unilateralmente por el Gobierno provincial, tal como se hizo el mes pasado y el anterior, desde octubre pasado.
Catorce años atrás, en 2010, Rivero encabezó un acuartelamiento de las mujeres de policías y familiares adentro de la Jefatura, situada en el mismo lugar donde hoy los retirados reeditan la lucha, aunque ocupando las veredas de enfrente y se muestran más pasivos y dialoguistas, aunque del otro lado no reciben igual trato.
Mabel fue curtida por la vida, por las desgracias y por la injusticia. Durante la tragedia del Paraná perdió a uno de sus hijos, quien participaba de la prueba de natación que unía la costa de Encarnación con las de Posadas. Otro de sus hijos tiene un problema de salud que la lleva a luchar más intensamente desde adentro de su hogar por estos días. Pero su recuerdo reaviva la llama que enciende el pedido de todos los que están en la vereda peticionando y de los que están en sus lugares de servicio, extorsionados para no reclamar.