Para alcanzar los 129 diputados necesarios para abrir el quórum y sancionar el proyecto de “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, el oficialismo “libertario” deberá contar la mayoría de los legisladores del PRO, de la UCR y de Hacemos Coalición Federal.
En paralelo a las negociaciones que se desarrollan para introducir modificaciones en el texto de la mega ley impulsada por el presidente Javier Milei, un tema clave es el “poroteo” que, como suele suceder con cualquier proyecto impulsado por el oficialismo de turno, debe ser realizado constante y paralelamente a la tramitación del proyecto que se impulse.
El recuento permanente de los apoyos en el Congreso, y en particular, en la Cámara de Diputados, debería ser la prioridad de un oficialismo como el de La Libertad Avanza, que adolece de la inferioridad numérica más extrema de la historia de la democracia.
Para alcanzar el número de diputados necesarios para alcanzar el quorum y abrir la sesión en la Cámara baja, se necesitan 129 diputados y el oficialismo “libertario” cuenta con 41 voluntades, que se componen por los 38 oficialistas, los dos legisladores de Buenos Aires Libre, que componen Carolina Píparo y su cuñada Lorena Macyszyn, y el diputado de Avanza Libertad, José Luis Espert.
Luego, habría que añadir al bloque más colaborativo con el oficialismo y su Ley Ómnibus, el bloque del PRO que preside Cristian Ritondo y cuenta con 37 diputados que aportarán al quorum.
Si todos los bloques que están dispuestos a “darle al oficialismo las herramientas para gobernar” actuaran de manera uniforme, el Gobierno ya tendría resuelto el problema, como deslizó la semana pasada el presidente Milei, al dar por sentado que “los números están”. Es que sumando a los 34 del bloque radical que conduce Rodrigo de Loredo y a los 23 de Hacemos Coalición Federal, que preside Miguel Pichetto, alcanzarían los 135 votos, cifra más que suficiente para aprobar el proyecto de “Bases”.
De acuerdo con Parlamentario, no hay uniformidad en esos bloques que están dispuestos a apoyar, si el oficialismo no se aviene a hacer las “correcciones” necesarias para sacar la ley.
El “poroteo” del oficialismo en la Cámara baja
Para empezar, en el PRO existen diferencias internas y algunos legisladores podrían votar a favor de la ley ómnibus si el ejecutivo realiza algunas modificaciones al proyecto, muchas de las cuales ya están en discusión –como el aumento en las retenciones a economías regionales.
No obstante, en el radicalismo, las diferencias internas son aún mayores y quedaron de manifiesto cuando eligieron autoridades. De los 34 diputados radicales 12 están alineados con Facundo Manes, y son reacios a aprobar el proyecto de Ley de las Bases, en especial, en lo que refiere a la delegación de facultades legislativas al Ejecutivo.
El grupo liderado por el neurocientífico mantiene una postura mucho más dura respecto del Gobierno y costará convencerlos para votar uniformemente con todo el resto del bloque.
Por su parte, en el bloque de Pichetto, los seis diputados de la Coalición Cívica son muy puntillosos en que se respeten las modificaciones requeridas, y son de los más molestos con los permanentes ataques del presidente Milei contra todos los diputados, a quienes acusó de coimeros, y recientemente, los amenazó con investigar sus patrimonios.
Si esos sectores no estuvieran alineados con el resto de sus bloques, el oficialismo contaría apenas con 117 diputados. Uno menos, si se tiene en cuenta que el presidente de la Cámara aporta al quórum, pero no vota.
Qué harán los renovadores “misioneristas”
Otro sector al que hay que tener en cuenta para el “poroteo” del oficialismo, es el bloque Innovación Federal, que cuenta con 9 miembros, entre ellos, los diputados renovadores K de Misiones, Daniel Vancsik, Yamila Ruiz, Alberto Arrúa y Carlos Fernández. Si bien este bloque se ha mostrado más bien crítico del proyecto de ley ómnibus, históricamente la Renovación votó con el oficialismo de turno en cada medida central para la Casa Rosada.
Aún con los 9 “federales”, LLA apenas reuniría 126 voluntades, si no consigue el apoyo completo de los bloques más afines al oficialismo.
De allí que cobren importancia los bloques más pequeños, con los que el oficialismo estaría más cercano a acordar. Cuatro responden a sus gobernadores. Los dos del bloque Por Santa Cruz y los dos sanjuaninos de Producción y Trabajo. También habría que sumar a otros dos: el mendocino Álvaro Martínez (La Unión Mendocina), que responde a Omar De Marchi, funcionario del Gobierno, y la tucumana Paula Omodeo (Creo).
Por supuesto, todas estas especulaciones corresponden al ámbito de la Cámara baja, y si se aprobara el proyecto de ley, todavía quedaría pendiente la discusión en el Senado, quizás incluso más áspera que la de Diputados. El sistema republicano en Argentina es bicameral: todos los proyectos deben ser aprobados por las dos cámaras.
Las críticas de dos aliados del gobierno
Pero el problema del oficialismo es qué tipo de concesiones está dispuesto a realizar, en el contexto del estilo confrontativo del presidente Milei. Muestra de ello fueron las expresiones del presidente del bloque radical, Rodrigo de Loredo, y el gobernador de Chubut del PRO, Ignacio Torres, que salieron en las redes con durísimos cuestionamientos a los dichos de Milei, que tildó de “coimeros” a los legisladores que plantean observaciones y cambios al proyecto.
El diputado cordobés, que preside el bloque de la UCR replicó las acusaciones de Milei y señaló: “O conoce hechos sobre los que no denuncia, o denuncia hechos que no existen. En ambos casos incumple los deberes de funcionario público. De continuar y no acudir a los tribunales el gobierno, seremos nosotros quienes lo haremos”, advirtió De Loredo.
Además, el diputado sacó a relucir que “en todo el texto de la ley ómnibus no hay ningún plan monetario ni fiscal de estabilización. De manera que ni el fracaso de las licitaciones BOPREAL, ni el aumento de la brecha cambiaria ni la escalada inflacionaria pueden encontrar vinculación con el exprés tratamiento que de forma cooperativa le estamos dando a todos sus pedidos”.
A su vez, De Loredo aprovechó para chicanear a Milei: “Durante cuatro años el presidente fue determinante en que la inflación es un proceso monetario y no multicausal como siempre argumentó el kirchnerismo, resulta falaz que ahora la inflación se deba a una inédita y veloz discusión parlamentaria, sostuvo en respuesta al argumento que usó el mandatario de echarle la culpa al Congreso de la nueva brecha cambiaria”.
“No podemos afirmar que todo es lo mismo y tampoco creer que alguien tiene la verdad absoluta”
Por su parte, Torres fue un poco más medido en sus respuestas al presidente, pero no menos caustico. “Es peligroso y profundamente irrespetuoso afirmar que existen intereses espurios en buscar modificaciones a la Ley Ómnibus o marcar algún desacuerdo con el DNU”, expresó el gobernador chubutense Torres, en un texto adhiriendo a lo que dijo De Loredo.
“Quiénes queremos que al gobierno nacional le vaya bien y queremos que el país salga adelante con la mayor celeridad posible entendemos también que es necesario una mirada integral y federal sobre impacto de algunas medidas y le pedimos al Gobierno que cuando afirmen como se ha dicho públicamente algún delito por parte de cualquier diputado, funcionario actual o de gestiones anteriores, gobernador o intendente, se haga la denuncia correspondiente”, escribió el gobernador del PRO en su cuenta en la red social X.
“No podemos afirmar que todo es lo mismo y tampoco creer que alguien tiene la verdad absoluta. Respetamos la decisión del pueblo y estamos comprometidos con la gobernabilidad y con la institucionalidad de un sistema republicano que difiere mucho de los totalitarismos, la discusión y el debate son con ánimo de colaborar. Es una actitud que tiende a enriquecer las reformas y mejorarlas. La agresión y las acusaciones no pueden ser el modus operandi para quienes no piensan igual en algún tema”, fustigó Torres, en clara alusión al presidente, aunque sin nombrarlo.