En el marco de las investigaciones que involucran a policías y agentes penitenciarios tras las protestas de mayo en Misiones, Ramón Amarilla, suboficial retirado y vocero de los efectivos, dialogó con Radio Up 95.5 durante el ciclo “La Última Rosca”, conducido por Alejandro Chini y Bryan Villalba, y ofreció una perspectiva crítica sobre la situación actual.
Amarilla, quien lideró la primera manifestación, denunció una “persecución política” y cuestionó las acciones del gobierno provincial. En este sentido, apuntó que, tras las protestas, él y otros efectivos han sido notificados de una causa judicial impulsada por “superiores y jefes” que, según él, actuaron bajo presión.
“Nosotros hemos tomado conocimiento antes de la feria judicial y no hemos declarado por recomendación de nuestro abogado”, explicó Amarilla.
Además, no dudó en calificar la situación como una equivocación del gobierno, destacando la falta de responsabilidad de las autoridades. “Creo que nuestro Ministro de Gobierno se equivocó y cuando uno se equivoca tiene que decirle al jefe de uno, ‘me equivoqué’”, sostuvo Amarilla, añadiendo que el ministro, junto con otras autoridades, “se tienen que hacer responsables de la situación por la que nosotros estábamos pasando”.
Por otro lado, se refirió a la dura realidad económica que enfrenta la familia policial. “En la última reunión que hemos tenido, vinieron con 5% de aumento para un agente de policía, o sea, que la gente de policía no va a llegar nunca a la canasta básica”, lamentó Amarilla.
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A pesar de las promesas del gobierno de mejorar la situación, los números no cuadran: “Nosotros, según nuestro conteo, estamos más de 40 por ciento de vuelta por debajo.”
En tanto, Amarilla también cuestionó la voluntad política para resolver la crisis, sugiriendo que podría haber un intento de desestabilizar la dirigencia sindical: “Acá el problema es que Ramón Amarilla y Germán Palavecino no negocian ni aceptan las mentiras. Acá nosotros siempre hemos sido formales con nuestra gente”.
Por último, Amarilla expresó su frustración con la falta de atención del gobierno y denunció un ambiente de represión: “Estamos en una dictadura disfrazada de democracia, donde bajan línea desde el Gobierno para que nosotros no nos reunamos”. Además, recalcó que, a pesar de las adversidades, tanto él como sus colegas seguirán luchando por lo que consideran justo.