En la provincia de Misiones, la detención de ocho efectivos policiales acusados de complotar para tomar la Jefatura de Policía, en lo que el gobierno provincial calificó como un intento de sedición, sacudió tanto a las fuerzas de seguridad como a la opinión pública. La situación, que parece reflejar una escalada en el conflicto entre el gobierno provincia y diferentes sectores públicos, desembocó una oleada de críticas sobre el manejo de la situación y las violaciones a derechos fundamentales como el debido proceso y el trato humanitario.
Uno de los detenidos es el suboficial mayor retirado Ramón Amarilla, quien fue trasladado a la unidad penal de Cerro Azul, en lo que muchos califican como un operativo desmedido. Germán Palavecino, también suboficial retirado y uno de los referentes de la Mesa de Diálogo Policial, expresó su indignación en diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5.
“Conmoción es lo que sentimos todos al ver el operativo montado. Se desplegó infantería, personal con armas largas, cascos y equipos balísticos, algo que solemos ver en películas de Hollywood, pero que en Misiones es una realidad lejana”, lamentó Palavecino, resaltando lo innecesario del despliegue.
Las detenciones fueron ordenadas por el juez de instrucción Fernando Verón, tras la revelación de un grupo de WhatsApp en el que presuntamente participaban los policías ahora encarcelados. Sin embargo, más allá de la evidencia que el gobierno pueda haber presentado, Palavecino señaló que el trato hacia Amarilla ha sido particularmente cruel.
“Fui hasta Cerro Azul, donde está detenida esta persona que estimo, y ni siquiera me permitieron verlo. Consulté si podía hablar con él por teléfono, pero me dijeron que no tienen ese servicio. Les pedí, al menos, verlo de lejos por una cuestión humanitaria, y me respondieron que solo su esposa está autorizada a visitarlo”, denunció Palavecino, describiendo la negación de lo que considera un derecho básico.
Esta falta de acceso no solo generó malestar en Palavecino, sino también en una amplia franja de la sociedad misionera. “Hay una conmoción en toda la ciudadanía con la que uno habla. Amarilla es una persona que trabajó 31 años en la institución policial, y ahora está detenido bajo estas condiciones. Me pregunto, ¿dónde quedó el trato humanitario? ¿Dónde quedó la presunción de inocencia que debe respetarse hasta que se demuestre lo contrario? Pareciera que tienen que estar construyendo su inocencia permanentemente, cuando debería ser al revés”, añadió Palavecino.
El suboficial retirado también destacó que las autoridades provinciales, apenas realizadas las detenciones, emitieron una rápida condena pública de los efectivos, algo que Palavecino califica como una violación al derecho al debido proceso. “Se vio en la conferencia de prensa donde los titulares de los tres poderes del Estado informaron a toda la sociedad misionera la expulsión de estos ocho policías, entre ellos Amarilla. Pero, ¿quién faltó en esa conferencia? El debido proceso”, subrayó con firmeza.
Palavecino rememoró una anécdota para ilustrar la importancia del derecho a la defensa: “Una vez, un jefe de guardia me pidió que arrestara a un suboficial por haber llegado tarde. Le dije, ‘¿Por qué no esperamos a que llegue y le preguntamos qué pasó?’ Al final, el suboficial había tenido que desviar el tránsito por un accidente y había seguido todos los protocolos para asistir al herido. Este tipo de situaciones muestran la importancia de escuchar antes de castigar”.
Para Palavecino, el trato a los detenidos y la ausencia de una etapa de defensa refleja un grave problema. “Hoy se discuten muchas cosas, pero nunca se debería discutir el derecho al debido proceso”.
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La Mesa de Diálogo: Un espacio amenazado
Más allá de las detenciones y la judicialización de los referentes, Palavecino alertó sobre lo que considera un intento deliberado por parte del gobierno provincial de debilitar la Mesa de Diálogo Policial, un espacio institucional clave que se había constituido tras las protestas de 2020 para mejorar las condiciones de los policías y garantizar la negociación en lugar del conflicto. “Desde octubre del año pasado, el gobierno ha apagado el rol de la Mesa de Diálogo. Nunca abrió una verdadera posibilidad de consenso, y con estas detenciones y la judicialización de los delegados, parece que se está tratando de debilitar este espacio”, reflexionó.
La Mesa de Diálogo, que cuenta con más de 60 delegados y representa a más de 20.000 funcionarios policiales y penitenciarios, ha sido fundamental para defender los derechos del personal, y según Palavecino, logró mejoras significativas desde su creación en septiembre de 2020.
“Es un espacio muy fuerte que representa a todos los efectivos, tanto activos como retirados. Aunque algunos de los detenidos son delegados, la Mesa en su conjunto no está en crisis, y vamos a defenderla con evidencia y convicción”, afirmó Palavecino.
El suboficial retirado subrayó que las mejoras alcanzadas gracias a la Mesa fueron evidentes, sobre todo en la calidad de vida del personal. “Desde que tuvo lugar esta Mesa de Diálogo, mejoró la calidad de vida del personal policial y penitenciario. Se venía sosteniendo el salario de acuerdo con la canasta básica, aunque es cierto que a partir de octubre de 2023 se ha perdido mucho. Y eso, inevitablemente, condujo a la crisis de mayo de 2024”, explicó, haciendo referencia a las recientes protestas policiales por salarios y condiciones laborales.
El futuro de la Policía y el debido proceso
El encarcelamiento de Amarilla y los otros siete policías detenidos plantea una serie de interrogantes sobre el estado de derecho en la provincia de Misiones. “Estamos viendo una situación muy grave. El derecho a defenderse y a ser escuchado antes de ser condenado es fundamental, y hoy está siendo violado”, sentenció Palavecino.
A pesar de todo, el suboficial retirado sigue confiando en la fuerza de la Mesa de Diálogo y en la unidad de la policía y la ciudadanía. “Hay una conmoción que va más allá de la policía. La gente está indignada porque ve que estos hombres, con décadas de servicio, están siendo tratados de manera inhumana. Pero vamos a seguir luchando. La Mesa de Diálogo demostró que puede mejorar las cosas, y no vamos a dejar que la destruyan”.