La provincia de Misiones se encuentra sacudida tras la detención de Ramón Amarilla, suboficial retirado y vocero del sector policial y penitenciario, junto a otros miembros de la mesa de diálogo, acusados de elaborar un plan de desestabilización dentro de la propia fuerza policial.
Según las investigaciones de las últimas horas, el grupo de WhatsApp denominado «Solo cola», sería el epicentro de las comunicaciones entre al menos siete efectivos policiales, tanto en actividad como retirados, quienes se especula que discutían y planificaban actos vandálicos, entre los que destacarían incendios en zonas claves de la ciudad y posibles atentados contra vehículos de las fuerzas de seguridad.
Los motivos irían desde las demandas salariales hasta la obtención de una amnistía en relación con causas judiciales que involucran a algunos de los miembros del grupo. Entre los participantes del chat, se encontraba Ramón Amarilla, vocero de la Mesa Policial y Penitenciaria, quien también enfrenta una orden de aprehensión.
El caso se encuentra a cargo del juez de Instrucción 3 de Posadas, Fernando Verón, quien ordenó la detención de siete oficiales, de los cuales seis ya se encuentran bajo custodia. La acusación formal es “intento de sedición y conspiración”, según lo establece el Código Penal argentino en sus artículos 233 y 229. Entre los detenidos, se encuentran policías en actividad, quienes fueron puestos en disponibilidad, mientras que los retirados perderán su estatus policial.
La investigación fue impulsada a raíz del peritaje realizado sobre el teléfono celular de uno de los oficiales detenidos. Dicho peritaje, llevado a cabo por la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (SAIC) del Poder Judicial, permitió a los investigadores acceder a los mensajes intercambiados en el grupo “Solo Cola”, los cuales detallaban un plan para incendiar barrios como Itaembé Guazú y sabotear vehículos de las fuerzas de seguridad.
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De acuerdo con la investigación, el grupo planeaba incendiar malezas en diferentes puntos de Posadas, con el fin de forzar la movilización de las unidades de bomberos. Una vez que los bomberos se desplazaran al lugar, el plan consistía en apoderarse de sus vehículos para luego bloquear calles y avenidas estratégicas de la ciudad.
Los audios extraídos del grupo revelan la planificación minuciosa de estos actos, donde los implicados discutían la logística para llevar a cabo los incendios y el robo de los móviles de los bomberos. Incluso se sugería coordinar con choferes de las propias fuerzas para facilitar las acciones.
Uno de los mensajes más reveladores, enviado desde un número terminado en 2404, detallaba cómo coordinar llamadas al 911 de manera simultánea para asegurar la respuesta de las autobombas y, posteriormente, secuestrar los vehículos. En otro mensaje, se discutía la necesidad de contar con la colaboración de delegados de bomberos y choferes de otras dependencias policiales para asegurar el éxito del plan.
Entre los principales implicados se encontraría Amarilla, quien fue una de las caras visibles del acampe frente al Comando Radioeléctrico en mayo de este año.