El incendio que destruyó completamente el autoservicio de Emilia Maidana, vecina de Garupá, dejó al descubierto una crisis que lleva años afectando a los habitantes de Santa Inés y alrededores: el deficiente servicio eléctrico provisto por EMSA.
En diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5, Maidana reveló que el fuego que arrasó su comercio fue consecuencia directa de un cortocircuito provocado por las constantes subas y bajas de tensión, una problemática que ya había sido denunciada en innumerables ocasiones, pero sin respuestas concretas por parte de la empresa.
“A pesar de la tragedia, tratamos de salir adelante, sobre todo porque no hubo fatalidades humanas. Eso es lo más importante. Pero la pérdida fue total”, relató.
Reclamos ignorados durante años
El problema no surgió de la noche a la mañana. Según Maidana, los reclamos para la instalación de una línea trifásica en la zona comenzaron en 2020. Desde entonces, tanto su familia como otros vecinos han registrado quejas constantes ante EMSA debido a los cortes de luz y las fluctuaciones de tensión que, en su caso, se tradujeron en la quema de electrodomésticos esenciales para el funcionamiento del comercio.
“Desde el 2020 venimos pidiendo la trifásica. Hicimos reclamos, presentamos comprobantes, explicamos que con tantas heladeras y tanto consumo no podíamos seguir trabajando con monofásica, que es una conexión de hogar. Pero siempre hacían la vista gorda”, explicó indignada.
La vecina también resaltó las respuestas contradictorias que recibieron de la empresa eléctrica. “Decían que no podían poner una trifásica en este sector, pero mi vecina, que vive a una cuadra y media, sí tiene. ¿Cómo puede ser que a nosotros nos digan que la tienen que traer de otro lado? Es absurdo”, criticó.
Una comunidad entera afectada
El caso de Emilia no es único. La crisis eléctrica afecta a toda la comunidad de Santa Inés y barrios cercanos. Según Maidana, los cortes de luz son diarios y pueden durar horas. “Este verano es terrorífico. Te cortan la luz una, dos, tres veces al día. Si no es a la mañana, es a la tarde. Es imposible vivir así”, lamentó.
Incluso en el pasado, los vecinos han tenido que tomar medidas extremas para llamar la atención de las autoridades. “Cortamos la Ruta 105 varias veces porque nos dejaban días enteros sin luz. Vinieron, arreglaron algo, pero fue solo por un día. Al día siguiente volvimos a lo mismo. Es como si tuvieran que esperar a que pase una tragedia para reaccionar”, denunció Emilia, recordando la frustración de su comunidad.
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El incendio y la falta de respuestas de EMSA
El incendio en el autoservicio de Emilia Maidana no solo destruyó su fuente de ingresos, sino que también expuso las inconsistencias en el sistema de facturación de EMSA. Después del siniestro, Maidana se dirigió a la oficina central de Posadas para reportar los daños y evitar que le siguieran cobrando el servicio eléctrico. Sin embargo, la respuesta de la empresa fue desalentadora.
“Me dijeron que tenía que dar de baja el servicio porque, aunque todo se quemó, incluso el medidor, el mes que viene me iba a llegar el mismo monto en la factura. Es un robo. ¿Cómo puede ser que cobren por un servicio que ni siquiera se está usando?”, expresó indignada.
La situación se agravó aún más cuando relató que, en múltiples ocasiones, intentó resolver el problema en la oficina de EMSA en Garupá. “Fui millones de veces a quejarme a Garupá y nunca me dieron bolilla. No quise ir esta vez porque, sinceramente, era para agarrarlos del cuello. Siempre es lo mismo: excusas tras excusas. Ya no se puede más”, afirmó.
“El transformador explota cada dos por tres”
La infraestructura eléctrica en la zona tampoco ayuda. Según Emilia, el transformador ubicado en la esquina de su casa está completamente colapsado. “Cada dos por tres se prende fuego, explota. Ya hemos ido con un grupo de vecinos a EMSA para pedir que lo cambien, pero nunca hacen nada. Siempre dicen que no tienen vehículos, que falta personal, que la lluvia… Siempre hay una excusa”, detalló.
A pesar de la tragedia, Maidana destacó la solidaridad de sus vecinos, quienes se han movilizado para ayudarla a reconstruir su comercio. “La gente fue muy solidaria. Nos están ayudando con lo que pueden. Todo granito de arena es valioso para nosotros. Si alguien quiere colaborar, el alias de Mercado Pago es ‘Autoservicio Rodri’”, compartió.
Sin embargo, más allá del apoyo comunitario, Emilia insistió en que se necesita una solución estructural al problema eléctrico en la región. “EMSA tiene que hacerse cargo, no solo de mi caso, sino de toda Santa Inés. Necesitamos un servicio eléctrico que funcione. No podemos seguir viviendo con transformadores que explotan y conexiones que no aguantan. Es una cuestión de dignidad”, finalizó con firmeza.
“Esto no puede seguir así. Ya es hora de que EMSA cumpla con su deber y nos garantice un servicio eléctrico digno”, concluyó.