Un grupo de docentes del Colegio de Enseñanza Polimodal (CEP) 20 de Posadas denunció formalmente ante el Consejo General de Educación (CGE) y el Ministerio de Trabajo a la directora de la institución, Gladys Toledo, por hostigamiento, maltratos, abuso de poder y acoso laboral.
En medio del conflicto, el dictado de clases se encuentra interrumpido debido a las medidas de fuerza que llevan adelante los docentes, quienes también exigen la separación inmediata de los directivos involucrados.
“Venimos viendo esta situación desde hace años”, expresó Mariana Pérez, docente del CEP 20, quien en diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5 relató cómo el maltrato y las agresiones por parte de la directora marcan la dinámica de trabajo.
“La directora se dirige de manera prepotente y agresiva hacia los colegas, incluso ante simples solicitudes”, agregó Pérez. Según señaló, la situación afecta indiscriminadamente a los más de 70 trabajadores de la institución, incluidos los turnos mañana, tarde, vespertino y noche.
En este sentido, Pérez recordó que la problemática no es reciente: y apuntó que “esto ya se visualizaba hace una década. Muchos colegas hicieron denuncias individuales, pero las respuestas fueron insuficientes o inexistentes”. A pesar de haber solicitado en reiteradas ocasiones una reunión con la directora para abordar los problemas, los pedidos fueron denegados con argumentos burocráticos. “Se nos dijo que el directivo no puede realizar reuniones grupales”, indicó.
Sin embargo, el deterioro de las relaciones laborales quedó en evidencia durante una reunión institucional realizada en noviembre. Pérez relató que la directora impidió inicialmente que se hablaran de los problemas, y al final, cuando los docentes lograron expresar sus quejas en presencia de la supervisora, Toledo reaccionó con gritos y descalificaciones. “Nos trató de mentirosos a todos los colegas”, relató.
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Denuncias sin respuesta
Además de la denuncia presentada ante el CGE, los docentes acudieron al Ministerio de Trabajo. “Nos pidieron que hagamos una tregua y volvamos al diálogo, pero eso sería revictimizar a los colegas”, señaló Pérez. También manifestaron preocupación por la falta de directivos en el turno tarde, lo que genera desorden y malas designaciones.
Otro punto sensible es la deficiente comunicación institucional. Según Pérez, los cambios de actividades no se informan de manera formal y los docentes se encuentran con sorpresas al llegar a la escuela. “Hay cuestiones que no se anotan en el libro de circulares, que es el medio formal institucional”, afirmó.
La denuncia presentada incluye también los testimonios de familias y estudiantes que, según los docentes, han sido víctimas de gritos y maltratos. “Ellos nos están apoyando porque también han sufrido las consecuencias de esta gestión”, destacó Pérez.
Mientras tanto, la comunidad educativa espera una respuesta clara y efectiva por parte del CGE. “Pedimos que se investigue y se aparte a los directivos para poder retomar nuestras actividades normales y terminar el año lectivo en paz”, concluyó la docente.