En el barrio La Olla, los vecinos enfrentan una situación crítica debido a la presencia de un basural a cielo abierto que, según denuncian, lleva contaminando la zona durante más de una década. Los residentes señalaron que el humo constante y los residuos que se queman en el lugar están afectando gravemente su salud y calidad de vida. Incluso, los vecinos confirmaron que una concejal de la Renovación aseguró que en el lugar “se tiran residuos patológicos una vez a la semana”.
Elisa Morel, vecina de La Olla desde hace 13 años, relató la realidad que viven los vecinos de la zona en el programa “La Última Rosca” de Radio Up 95.5. “Una concejal de la Renovación nos explicó que una vez por semana se tiran residuos patológicos en el basural”, denunció, poniendo de manifiesto el reclamo del barrio.
Cabe señalar que estos residuos requieren ser tratados en instalaciones específicas para evitar la contaminación, pero en este caso, parece no estar ocurriendo.
Estos desechos, provenientes de centros de salud, incluyen material biológico, restos humanos, objetos cortopunzantes y otros elementos peligrosos. Los residuos patológicos comprenden aquellos que se generan en hospitales, clínicas, laboratorios y centros médicos. Se consideran de alto riesgo porque pueden transmitir infecciones y enfermedades si no se manejan de forma adecuada.
Dentro de este grupo se encuentran: sangre, tejidos humanos, jeringas, agujas, guantes contaminados, y otros desechos que deben tener un tratamiento especial para su disposición final. Su incorrecto manejo y quema no solo genera contaminación, sino que pone en peligro la salud pública y el medio ambiente.
Además del riesgo sanitario que representan los residuos patológicos, el basural también provoca severos problemas respiratorios entre los vecinos, exacerbados por la constante quema de basura. “Cuando vinimos, ya el basural estaba, pero no era tanto el humo como ahora. Todo el mundo tiene problemas respiratorios, tanto chicos como grandes”, afirmó Morel.
El problema alcanzó un nivel alarmante en las últimas semanas, cuando una quema particularmente intensa cubrió el barrio de humo. “Era como una niebla, pero de humo. No se veía nada, era algo increíble que nunca habíamos vivido”, comentó Morel. Ante esta situación, los vecinos decidieron cortar las calles para frenar el acceso de los camiones municipales que continúan arrojando basura en el predio, incluyendo los residuos hospitalarios. Sin embargo, este intento no detuvo la actividad por más de un día.
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Los vecinos señalaron que las medidas de control de la municipalidad, hasta el momento, son insuficientes. “Ellos tiran basura, luego tierra y agua para intentar apagar el fuego, pero eso lo que hace es generar un horno bajo tierra que sigue produciendo humo”, explicó Morel. Este humo, mezclado con las emisiones tóxicas de los residuos patológicos, convirtió el aire en una amenaza constante para la salud de todos los vecinos.
A pesar de los reclamos de los vecinos y las reiteradas notas enviadas a las autoridades, las respuestas han sido mínimas. Según los informes que circulan entre los vecinos, el basural debía ser trasladado a Fachinal, pero 13 años después, sigue en el mismo lugar.
La gravedad de la situación generó aún más indignación entre los residentes, quienes fueron testigos de cómo una camioneta municipal arrojaba bolsas de colores, supuestamente con desechos peligrosos, mientras éstos intentaban bloquear su paso. “Se escaparon de nosotros, nos vieron y desviaron para tirar en otra entrada”, denunció Morel.
Los vecinos siguen luchando por una solución definitiva, pero hasta ahora no han recibido apoyo ni de las autoridades municipales ni de las fuerzas de seguridad. “La policía no hace nada. Llamar a la policía es como nada, ellos dicen que no les compete”, comentó resignada Morel.
Con la salud de la comunidad en peligro, los vecinos de La Olla tomaron la decisión de organizarse y buscar soluciones alternativas. En este sentido, Morel reveló que en los últimos días acudieron a la Defensoría del Pueblo para intentar abrir una mesa de diálogo que permita resolver el problema de manera definitiva. “Ojalá se logre algo, porque ya no se puede más”, concluyó.