Así lo planteó el productor tealero Cristian Klingbeil, quien puso de relieve la necesidad de producir con una certificación de salubridad que sólo pueden obtener con productos homologados por el Senasa y la FDA norteamericana, algo que no ocurre con los bioinsumos con los que la provincia pretende reemplazar los herbicidas químicos.
El referente tealero Cristian Klingbeil cuestionó en duros términos la decisión del bloque oficialista de la Renovación en la Cámara de Diputados de Misiones, de impedir que se deroguen los artículos de la Ley de Promoción de Bioinsumos que prohíben el uso de glifosato a partir del 2025. “Al oficialismo provincial se lo combate en las rutas, ya lo demostraron los policías y los docentes”, lanzó el productor y brindó detalles sobre los múltiples y graves problemas que traerá a los colonos, la prohibición de los fertilizantes y herbicidas químicos, y su reemplazo por productos que no cuentan con la aprobación del Senasa y de la FDA norteamericana, siendo Estados Unidos uno de los principales destinos de la exportación tealera.
Consultado sobre la escandalosa sesión de la Legislatura misionera de este jueves, donde la mayoría renovadora impidió votar la derogación de artículos de la Ley de Bioinsumos y rechazó debatir la norma, Klingbeil fue lapidario. “Acá al oficialismo provincial se lo combate en la calle. La muestra lo dieron los policías, la muestra los docentes. Todas las veces que se necesitó de algo que la provincia quería ir por otro camino o se tuvo que ganar en la ruta. Así que yo lo vengo diciendo hace mucho tiempo incluso el tema de recuperar el Instituto Nacional de la Yerba Mate. Son batallas que hay que dar en la calle”, lanzó el referente tealero.
“Si el productor está dispuesto a que esto continúe así con este avance en contra de su capacidad de producir está bien entonces. Pero, claramente si queremos cambiar algo, la provincia ya nos mostró el camino. Es la ruta, es la protesta, es lo que no nos gusta hacer. A mí, déjame elaborando la chacra, no me haga salir a la ruta. Muestra de eso fue todo el camino del diálogo que hicimos por este tema, porque nosotros desde la producción del té. fuimos los primeros que empezamos a hablar de que esto es una ley bastante controversial, bastante complicado, que nos va a traer muchísimas complicaciones”, aseveró Klingbeil a este portal.
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Sin embargo, “el diálogo que se hizo” con las autoridades provinciales “no sirvió, así que claramente, el camino es una medida de fuerza que parece ser en la ruta, ¿no? El diálogo claramente con el gobierno de la provincia y en la mayoría de los casos no da resultados”, se lamentó el productor.
En cuanto al posible uso de glifosato de contrabando, a partir del 2025, cuando entre en vigencia plena la Ley VIII – N° 103, Klingbeil advirtió que, en el caso de los tealeros, esto resulta imposible. “Este tema de la utilización del glifosato de contrabando, eso lo pueden hacer todos aquellos que no laburen con la certificación de su producción Nosotros en el té, no podemos hacer eso, no podemos utilizar un producto clandestino”, sostuvo.
“¿Por qué? La certificación en el té, tiene sus normas, donde nosotros entramos en capacitaciones, en controles en nuestras chacras. Nos controlan el agua, si hay resto de agroquímicos, si tenemos un ojo de agua en nuestras chacras, nos analizan la vertiente. Nos analizan a los que trabajamos en el té, si no tenemos restos de glifosato en sangre. Tenemos muchos controles pero qué es lo que pasa si nosotros nos prohíben el glifosato, la certificación también nos prohíbe usar (productos no homologados) porque se adhiere tanto a las leyes a la reglamentación internacional, que tienen la propia norma, más las leyes locales”, explicó Klingbeil.
En consecuencia, “esta ley también nos obliga”, insistió el productor, partiendo de la base que las normas internacionales obligan a los agricultores a cumplir con las leyes locales. “Si traigo mis bidones (de glifosato) y utilizo, cuando me cae la auditoría y ven que murieron yuyos me van a preguntar, qué metiste en esos yuyos, con qué mataste ese yuyo, con qué controlaste esa maleza. Y no les puedo mentir porque son técnicos que saben y si tienen alguna duda el tipo se va a agachar va a arrancar la plantita va a poner una bolsita y va a analizar”, subrayó Klingbeil.
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Poniendo el énfasis en los controles, Klingbeil prosiguió con su descripción: “Si esa planta murió y tiene restos de herbicida, de glifosato, que es la cuestión, caigo caer el grupo de certificación. ¿Qué es caer el grupo de certificación? Cae todo el equipo, todos los colonos que están dentro de ese grupo, toda la producción que acarrea (esos cultivos) y el secadero que yo abastezco, al que llevo mi producción. O sea, hago que, en un año entero, la empresa no pueda vender el té bajo la norma de certificación a la que necesitamos tener porque si no el de afuera, el mercado externo no nos compra”, describió Klingbeil.
“Entonces esto es más grave”, subrayó Klingbeil, que descree de quienes sostienen que la prohibición del glifosato no impedirá la utilización del herbicida en Misiones, gracias al contrabando. “Nosotros las producciones que trabajamos de manera certificada, no podemos hacer eso porque nos fundimos igual. Entonces no es tan fácil la solución”, enfatizó el referente tealero.
Desde su chacra, donde produce té y yerba mate, Klingbeil profundizó su explicación sobre la importancia del glifosato homologado por el Senasa en las certificaciones internacionales. “Certificó la producción de té, pero si ven que yo en la hierba utilicé algo que está dentro de la misma chacra, dentro del mismo lote certificado, ven en la hierba que yo ocupe algo que le llama la atención, puedo hacer caer toda la chacra de la certificación y los complico a todo mi grupo de certificación. Pueden ser 5 colonos, pueden ser 20 colonos, pueden ser 50 o 100 colonos, a todos los complico, o lo puede complicar cualquiera que haga esa jugada”, aseguró Klingbeil sobre los problemas que trae el empleo de glifosato clandestino o productos como los bioherbicidas o bioinsumos, no avalados por el Senasa.
“Lo más complicado que en las aprobaciones, que (los bioinsumos de AgroSustentable) ni siquiera tiene dentro del país, menos en el extranjero. Estos productos (bioinsumos) técnicamente son inaplicables no podemos trabajar con esos productos porque el yuyo está entre medio del té y estos herbicidas selectivos no nos perjudican en el té. Ahora, este producto que está entregando la provincia (los bioherbicidas de AgroSutentable) no es selectivo. O sea, lo que toca, lo va a secar. Es imposible utilizarlo”, reiteró Klingbeil.
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“Nosotros vamos a estar perdiendo producción por querer controlar la maleza, porque vamos a estar secando plantas de té con este producto que quiere instalar la provincia, cosa que no nos pasa con el glifosato”, remarcó el productor tealero.
Por otra parte, Klingbeil advirtió que el tipo de producción que imponen los bioinsumos de AgroSustentable, al necesitar de sol, hacen inviable el trabajo en las chacras. Sobre este punto, el productor explicó que “ese producto que entrega la provincia, no funciona (como el glifosato) Su aliado es el sol. Sin el sol el no seca, sin el sol no funciona. Entonces en qué días puede utilizar encima necesita muchas horas o porque el ciclo el ciclo de él, es mientras da sol, donde después cayó rocío, deja de hacer efecto”, describió Klingbeil.
“En el té predomina el prestador de servicio que maneja 50, 60, 100 hectáreas y más también. Ahora, ¿cómo haces si vos podés trabajar solo tres horas por día porque después necesitas que ese producto esté actuando con muchas horas de sol? ¿Cómo haces si tenés que tener días de sol? Tenés que asegurarte que no llueva en ese día, que no haya viento, que en las tres horas que aplicás, no podés seguir aplicando. ¿Cómo laburás? Vas a estar haciendo una hectárea por día con 20 obreros, nos cierra los números, es imposible”, precisó el tealero.
Lúgubre, Klingbeil no dudó en advertir: “en el té estamos fundidos, con esto (la ley de bioinsumos) nos terminan de matar. Entonces técnicamente es inaplicable y después bueno todavía no sabemos el costo que va a tener este producto”, enfatizó.
Por último, Klingbeil se despachó contra la política agraria del gobierno renovador. “Es muy estúpido creer que porque se prohíbe el glifosato, Misiones va a pasar a ser una productora orgánica. Es el mejor título que se le puede dar a la payasada que está haciendo la provincia de Misiones”, sentenció.