Luego de la sesión en la que el Senado de la Nación rechazara por primera vez en la historia un Decreto de Necesidad y Urgencia, en este caso el DNU 70/23, el mismo que había sido promulgado en diciembre el 2023 por el presidente, Javier Milei, muchos fueron los sectores del arco político que festejaron por lo bajo, y otro que sería la antítesis a ello: el oficialismo, este último ha vuelto a emular a un boxeador “mordiendo la lona”, al momento de probar nuevamente el sabor amargo de la derrota en el recinto.
Si bien nunca fue un secreto que el gobierno libertario perdería la votación en el recinto, tampoco era irreal decir que el Decreto sería rechazado, pero dentro del oficialismo tal vez quisieron aferrarse al dicho popular que dice: no está muerto quien pelea, en fin, la verdad está en la calle.
Claramente la necesidades y urgencias de los argentinos no se resuelven con una votación en la Cámara Alta o Baja, más allá de saber cuáles son los políticos que no quieren hacer el “cambio” y que resisten a seguir llevando adelante las viejas prácticas de la política rancia y caduca.
El presidente debería comprender, empatizar con aquello que clama una gran parte de la sociedad argentina- a la que poco y nada le importa conocer las caras de los senadores o diputados que votan a favor o en contra de una medida presidencial. En realidad, lo que deberían comprender nuestros mandatarios es que el argentino pretende soluciones que generen un respiro y una reducción en cuanto a lo tributario, a los cuadros tarifarios, y entre otras cosas, poder vivir un poco mejor.
El presidente Milei debe continuar librando la batalla para revertir el calamitoso escenario inflacionario que dejó el gobierno kirchnerista que utilizó el slogan de “Nacional y Popular”, pero que lejos estuvo de serlo. Al menos así lo demuestra la matemática. ¿Alguien se atrevería a negarlo sabiendo que en los últimos 4 años, el kirchnerismo se encargó de producir una inflación récord, acumulando en su mandato 1020%, el más elevado de las últimas 5 presidencias del país?
Es cierto que lentamente el libertario comienza a mostrar datos esperanzadores consiguiendo una disminución del índice de Precio al Consumidor, confirmado y publicado durante los últimos días por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que estimó que durante febrero se plantó en 13,2 por ciento. Sin embargo, si bien estos números pueden ser utilizado por el gobierno libertario para comunicar algo positivo y que “las fuerzas del cielo”, están de su lado, esperemos que también perduren al momento de otorgarle una pizca de sensibilidad con la clase humilde, trabajadora, que está pagando y padeciendo todos los incrementos.
Por consiguiente, los argentinos saben perfectamente que el “Diario de Irigoyen” lo puede leer un presidente, pero el único diario que lee e interpreta el pueblo es el que dice que: “La verdad está en la calle”.