Es innegable que la clase trabajadora de Argentina está pasando un momento calamitoso en todo sentido. En mayo, un mes donde la memoria colectiva de la sociedad se entrega a recordar con satisfacción el proceso independentista, aquella Revolución que liberó a las provincias del Río de la Plata de la autoridad virreinal y de la corona española.
Pero en realidad, millones de argentinos en vez de pensar en la independencia, cada vez se acercan más y más, a la dependencia del Estado, la necesidad los ha llevado a ser más dependientes de los movimientos ajedrecísticos que realizan los gobiernos de turno con la “cajas mágicas”, es decir con los presupuestos anuales que distribuyen a merced de algún grupo de elite encargado de entregar las migajas a la clase trabajadora.
Es que si analizamos la distribución de la riqueza, tranquilamente podríamos arriesgarnos a decir que claramente ha sido confusamente inequitativa y por tal motivo son varias provincias del territorio argentino que esperan con muchas ansias la distribución de la recaudación producto de la ley de coparticipación federal. Es cierto que a muchas de ellas les dan menos dinero de los que aportan al gobierno nacional.
Ya han paso cientos de años desde la independencia lograda en 1816, algunos problemas y problemáticas han quedado en el olvido, y otras que aún siguen siendo un verdadero grano con mucha putrefacción en su interior, tanto es así que son varias provincias que integran el sueldo argentino que no han podido festejar, y mucho menos pasarla bien rememorando la Semana de mayo, aquel espíritu de libertad e independencia a más de 200 años de haberla logrado de la corona española.
Durante esta Semana de mayo pero de 2024, los argentinos seguimos teniendo y acarreando los mismos problemas que no se han podido resolver, al menos, en los últimos 100 años: la inflación, la pérdida del poder adquisitivo- es decir el poder de compra- que se tiene mediante el salario obtenido.
Exponiendo los datos, la caída del salario real se profundizó en los últimos años y, el poder adquisitivo de los sueldos registrados cayó 14,9% desde noviembre de 2023. La pérdida alcanza el 46,3% en el sector público si se compara con noviembre de 2015 y 2019, en las presidencias de Cristina Kirchner y de Mauricio Macri, respectivamente.
Estos números surgen de un informe elaborado por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), que alerta que el nivel salarial quedó “sumamente deprimido en los meses de diciembre de 2023 a marzo del año actual”.
La inflación, si bien viene en plena caída, tenemos que decir que en diciembre fue del 25%, en enero 20,6 %, en febrero 13,2%, mientras que en Marzo llegó al 11%, y el último dato inflacionario que se conoció fue el 8 % de abril. Y por otro lado, desde la llegada del libertario se han perdido más de 240 mil puestos de trabajos en blanco.
Todo esto hecha un manto de claridad con respecto a la calidad de vida de los argentinos que cada vez se encuentra más deteriorada y que ha provocado profundos conflictos en distintas provincias del país.
Es que en las provincias con mayores necesidades no saneadas así lo demuestran los propios datos que lejos están de estigmatizar a las personas a aquellas personas que viven sumergidos en la pobreza, todo lo contrario, son esos mismos dígitos los que marcan el termómetro y el malhumor de los trabajadores argentinos.
También, son ellos los que le indican el camino a seguir y a modificar para poder cumplir con las expectativas que generaron con las típicas promesas de campaña.
Los dirigentes políticos que gobiernan, sea un país, una provincia o un municipio, por lo general intentan llenar esas expectativas que generaron para conseguir el voto de la sociedad. Pero no todos, cabe recordar que alguna vez los argentinos tuvimos un ministro de economía, Axel Kicillof-electo por la expresidente Cristina Elisabet Fernández de Kirchner – fue él mismo quien afirmó “hablar de pobreza es estigmatizar”. De esa manera intentaba ocultar una problemática real del país, por aquella época y con argumentos menos sólidos que el agua escurriéndose en la palma de una mano, el kirchnerismo pretendía evitar hablar de los argentinos que pasaban necesidades.
Actualmente, al cumplirse el semestre de la presidencia de Javier Milei, Argentina necesita fomentar la inversión para crecer y generar empleabilidad. El actual Sistema Tributario Argentino implica una carga tributaria empresarial que es de las más onerosas del mundo, según el banco Mundial.
Es cierto que durante estos meses de gobierno del “León libertario”, la oposición en su totalidad, y sobre todos aquellos que se dicen ser defensores de la democracia, no le han aprobado una sola ley al actual presidente en seis meses de mandato. Y mucho menos, piensan darle el visto bueno a la “Ley Bases”.
A no olvidar, “para el pueblo, lo que es del pueblo”.