Madrugada del 21 de febrero. Ruta Provincial 17, entre Eldorado y Bernardo de Irigoyen. 2.30 de la madrugada. Tránsito: a nivel autopista. Camionetas que van, camionetas que vienen, taxis y remises estacionados en las banquinas y casi cubiertos con la vegetación que crece y se desparrama sobre la cinta asfáltica en pésimas condiciones y sin demarcación…Tarea de valientes la de transitar esa importante arteria hacia la frontera seca con Brasil.
A la distancia sobresalen dos cuestionamientos, uno más grave que el otro: ¿Por qué tanto tránsito en una hora inusual? No parecían camionetas de turistas que iban o volvían de las playas catarinenses porque a bordo iban una o dos personas y sin equipajes playeros a la vista. El segundo tema y también inquietante cuestión: ¿Por qué entre Posadas y Eldorado circulaban no más de diez automóviles/camiones y entre el tramo Eldorado-Bernardo de Irigoyen más de cien a esa hora de un día entre semana?
La Ruta Provincial 17 conecta de forma transversal a la provincia de Misiones y representa el vínculo directo más importante de la zona norte entre las dos rutas nacionales de mayor circulación, la Nº 12 y la Nº 14. Une a la ciudad de Eldorado con la oriental, Bernardo de Irigoyen, localidad que hace frontera (seca) con dos ciudades, correspondientes a dos estados de Brasil: Dionisio Cerqueira (Santa Catarina) y Barracao (Paraná).
En la última semana de febreno la redacción de www.radioup.com.ar, después de constatar el inusual nivel del tránsito en la mencionada arteria, consultó con habitantes, autoridades civiles y militares que se desempeñan en la frontera, por ambas cuestiones y obtuvo siempre la misma respuesta: “Esto es tierra de nadie, tomada por los contrabandistas”.
Marca registrada
Bernardo de Irigoyen, como la génesis de nuestro país allá lejos hace tiempo -cuando nacía la ruta del contrabando con los comerciantes del Alto Perú que cuando vieron disminuidas sus posibilidades de sacar sus productos de manera furtiva, abrieron un pasadizo hecho camino hacia el puerto de Buenos Aires. Dicen. En Bernardo de Irigoyen, el origen fue el hombre de quien se animara a pasar las bolsas de harina, las cajas de grasa, aceite o jabón, entre otras minucias.
La diferencia tal vez, es que antaño se usaban mulas, caballos, carros y hasta los hombros de hombres esclavizados. Ahora, la autopista del contrabando desde y hacia Bernardo de Irigoyen está atestada de 4×4 con patentes casi idénticas (fondo blanco, letras y números negros, recuadro azul) y solo diferenciadas por la mención al país de origen “República Argentina” en unas y “Brasil” en otras).
En Matemáticas, 2+2 es siempre igual a 4. En Biología, si tiene cuatro patas, mueve la cola y ladra…perro es. Así también, si sumamos los 45 casos policiales que tuvieron lugar entre enero de 2023 y la actualidad, todos ligados a temas nada leves como sicariatos, contrabando de cigarrillos, de droga, de dinero, armas y pertrechos (municiones, armas y demás instrumentos, máquinas, etcétera, necesarios para el uso de los soldados y defensa de las fortificaciones); sumadas las aprehensiones de personas ligadas -presuntamente- con organizaciones narcocriminales con base en las principales ciudades de Brasil o Rosario, en Argentina, dan como resultado que esa zona de la frontera reemplazó a la peligrosa Triple Frontera de Ciudad del Este-Foz do Iguazú y Puerto Iguazú.
Un pueblo que creció con el contrabando
En la triste historia del “Pueblo más oriental de la Patria Continental”, “Donde nace el sol”, lugar donde se sitúa uno de los cuatro puntos cardinales que delimitan el territorio nacional, siempre estuvo presente el contrabando que a la mayoría le gustaba llamar “hormiga”. Es decir, el tipo de paso ilegal de algunas bolsitas de productos comestibles, varias veces al día.
Y sin importar para qué lado de la frontera física resultaba la benevolencia del cambio entre las monedas de ambos países, o el contrabando iba hacia Brasil o marchaba desde el lado Argentino y después de un tiempo, siempre se producía el viraje hacia el país contrario. Y la población de uno y otro lado tenía “su América” un tiempo cada uno, y todos vivían felices. Algunos con mayores posibilidades de acumulación de ganancias que otros, pero todos “beneficiados” de alguna manera.
Llegó Marco Grande, la extensión de la zona urbana de Bernardo de Irigoyen hacia unos potreros situados a la izquierda de la ruta 101, camino a San Antonio, justo en el vértice del punto extremo del país. Barrio que fue noticia en diferentes medios nacionales, donde se exhibía el fenómeno de la “Frontera seca” con la imagen repetida de un pie de un lado y del otro de la “divisa”. Obviaban, claro, las complicaciones económicas y las nombraban como un “rasgo distintivo” y hasta picaresco, lo que hoy se convirtió en una cruel expresión del estilo narcocriminal de otros países del continente.
Las autoridades consultadas en ocasión de la constatación de intenso movimiento de camionetas, más la última aprehensión de un hombre que cruzaba la frontera con pertrechos varios de origen militar, como para proveer de armas o municiones a un ejército alertaron una vez a la población de la zona oriental de la provincia, donde la Policía no alcanza, la Gendarmería ya no sabe si controlar los pasos legales o los ilegales y el Ejército perdió su rumbo.
Esperan la decisión del Gobierno provincial de instalar en el pueblo una división especial de la Policía, más preparada para el combate de los delitos “calientes” que tienen lugar en cualquier parte de la geografía y el terreno irregular, de serranía, que caracteriza la región. Mientras reina el miedo. Todos saben y como en aquella eximia obra de Gabriel García Márquez, “Crónica de una muerte anunciada”, todos saben quién “está medito en el negocio” (del contrabando), pero nadie se atreve a hablar y quién va camino a la muerte.
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El dinero fácil y las “ganas de quedarse con el vuelto” (tal vez) dan origen a los horrendos crímenes perpetrados por sicarios que llegan desde el otro lado del límite fronterizo, disparan sus potentes armas sobre la humanidad de quién osó quebrar las leyes de la actividad ilícita y regresan, raudos, al otro lado de la frágil frontera.
El vino, la droga y los granos son los grandes protagonistas que ampliaron la lista en la que se convirtió el “contrabando hormiga” de los 60-70 y ya se cobró muchas vidas en los últimos tiempos. Hasta hace poco tiempo atrás, el fenómeno incluyó el contrabando y la venta informal de combustibles (naftas, sobre todo).
Sobre el tema, podés leer en: Bernardo de Irigoyen | Cayó una banda dedicada al contrabando de granos en once allanamientos simultáneos