Kitty Sanders, periodista y especialista en Seguridad, Trata y Tráfico de personas, expuso sobre la oscura realidad que acecha a Argentina y al mundo entero. Desde los detalles de las tres ramas de este delito, hasta las estrategias para su combate desde su experiencia en burdeles del mundo como infiltrada.
«La trata de personas abarca la explotación sexual, laboral y la venta de órganos», explicó Kitty al iniciar la conversación y describió las distintas formas en que hombres y mujeres son víctimas de este flagelo; desde ser forzados a prostituirse hasta ser obligados a trabajar en condiciones de esclavitud en talleres clandestinos o en la industria agrícola.
Explicó el modo en que las víctimas son captadas, muchas veces a través de las redes sociales, bajo falsas promesas de trabajo o amor. «La mayoría de los reclutadores son mujeres», destacó, subrayando un aspecto poco conocido de esta problemática. «Es una elección, una manipulación cruel de la vulnerabilidad de las personas».
Argentina ocupa el tercer lugar a nivel global en este nefasto ranking y se enfrenta a desafíos puntuales. Kitty explicó cómo Buenos Aires se convirtió en un destino turístico para la explotación sexual, atrayendo a turistas de todo el mundo con bajos precios y una impunidad relativa. «Es una ciudad para el turismo sexual», lamentó, consideró al referirse a la demanda extranjera que alimenta esta tragedia.
Sobre este tema, podés leer más en: Comandante Andresito | Policía de Misiones rescató a una mujer que había sido víctima de trata en Brasil
Además, se estima que hasta un 75% de todas las víctimas de Trata capturadas en Argentina provienen de Misiones. Esta provincia, con su densa vegetación y su proximidad a las fronteras con Paraguay y Brasil, ofrece un terreno fértil para el reclutamiento y el tráfico humano. Las zonas fronterizas son conocidas por su actividad ilegal, incluido el contrabando de personas.
La geografía de Misiones, con su relieve montañoso y sus vastas áreas boscosas, proporciona escondites perfectos para aquellos que operan en las sombras de la sociedad. Los proxenetas y traficantes encuentran refugio en estas áreas remotas, donde pueden llevar a cabo sus actividades criminales sin ser detectados fácilmente por las autoridades.
Pero el problema va más allá de la geografía, la pobreza, la falta de oportunidades económicas y la vulnerabilidad de ciertas comunidades indígenas hacen que las personas en Misiones sean blanco fácil para los traficantes. Muchas veces, las promesas de trabajo bien remunerado o una vida mejor en el extranjero son suficientes para engañar a las personas desesperadas por escapar de la pobreza y la falta de oportunidades.
Además, la proximidad de Misiones a países vecinos como Paraguay y Brasil facilita el tráfico transfronterizo de personas. Las rutas clandestinas a través de la selva y los pasos fronterizos poco vigilados son utilizados por los traficantes para mover a sus víctimas de un país a otro, dificultando aún más los esfuerzos de las autoridades para combatir este flagelo.
La trata de personas no distingue género
A pesar de que la mayoría de las víctimas son mujeres, un porcentaje significativo son hombres y niños, explotados de diversas maneras. Kitty compartió historias de jóvenes engañados y forzados a transportar drogas en sus cuerpos, las famosas «mulas». Esta práctica peligrosa y deshumanizadora que conlleva o puede provocar consecuencias fatales, con la pérdida de vidas debido a la ruptura de los envases de drogas dentro de sus cuerpos.
El trabajo de Kitty, sin embargo, no se limita a exponer la realidad brutal de la trata de personas. También está dedicada a combatirla. «No podemos confiar ciegamente en las autoridades», advirtió, destacando la corrupción que permite que estas redes operen impunemente. «Es un trabajo que requiere valentía y determinación», añadió.
Desde su origen, en Rusia hasta su residencia en Argentina, Kitty recorrió un largo camino en su lucha contra la Trata de personas. Su experiencia personal, que incluye haber sido testigo de actividades criminales en los puertos y fronteras de Europa, la llevó a adentrarse en este mundo oscuro con el firme propósito de marcar la diferencia.
Desde incursiones en burdeles hasta operativos encubiertos en agencias de modelos y estudios de cine pornográfico, su trabajo encubierto le permitió infiltrarse en las redes de Trata y rescatar a numerosas víctimas, arriesgando su propia seguridad en el proceso. «Es una lucha que no puedo abandonar», afirmó.
Pero su labor va más allá del rescate de víctimas. Kitty también se dedica a concienciar y educar a la sociedad sobre el tema, desafiando los estigmas y prejuicios que rodean a este delito.
A través de charlas, talleres y campañas de sensibilización, busca crear conciencia sobre los peligros y las señales de advertencia de la trata de personas, al mismo tiempo que promueve la solidaridad y la empatía hacia las víctimas.
Al final de la entrevista, Kitty dejó un claro mensaje, la lucha contra la Trata de personas es responsabilidad de todos. Desde las líneas de ayuda anónimas hasta su propia red personal, hay recursos disponibles para aquellos que sospechan o están en riesgo. «Nadie está solo en esto«, aseguró; aunque confía en que «juntos podemos marcar la diferencia».