El Tribunal Penal Uno de Oberá declaró penalmente responsables y condenó a penas de prisión de cumplimiento efectivo a cinco de los siete acusados por el asesinato del preventista cárnico bonaerense Nicolás D’Amico (35), cometido en la carnicería La Rueda en 2015.
Nicolás D’Amico luego de ser asessinarlo fue incinerado en el baúl de su auto en un teal situado en el paraje El Chatón de Leandro N. Alem. La decisión de los jueces no dejó conformes a la familia de la víctima, que desde la querella impulsaba una imputación más agravada. «No nos vamos conformes», admitieron.
De todas maneras, Diego Ramón Benegas (40) fue condenado a 24 años de cárcel como autor del delito de homicidio simple, y Jonathan Emanuel «Yoni» Gutiérrez (31) a 20 años de prisión en calidad de partícipe necesario. Los magistrados revocaron la excarcelación de ambos y ordenaron su inmediata detención, además del alojamiento en la Unidad Penal II.
También fueron condenados Gustavo Germán Benegas (36) y Diego Orlando Gutiérrez (33) -hermanos de los primeros- a la pena de 5 años de prisión; y Gustavo Ramón García (33) a 4 años de cárcel, todos como partícipes secundarios. El trío también fue alojado en la unidad penitenciaria obereña para cumplir con la pena impuesta.
Los hermanos Gutiérrez, con participación primaria y secundaria.
En cuanto a Guillermo Andrés Burkiewicz, recibió una condena de 1 año de prisión en suspenso por haber entregado un arma de fuego a Benegas, considerado «ilegítimo usuario» por no tener permiso de portación. Para mantener el beneficio deberá cumplir una serie de reglas de conducta.
El único absuelto «por el beneficio de la duda» fue el ex policía Sebastián Rockenbach, que llegó al debate acusado por tenencia ilegal de arma de fuego y entrega de dicha arma a quien no acredita condición de legítimo usuario, en concurso real. Fue el arma que Burkiewicz le entregó a Benegas, aunque no está probado que la hayan utilizado para cometer el crimen del preventista.
García, también partícipe secundario.
La disconformidad de la familia D’Amico se sostiene en que desde la querella habían requerido prisión perpetua para los cinco principales apuntados, defendiendo la teoría de un homicidio agravado con alevosía, premeditación y encubrimiento. Los jueces Francisco Aguirre, Horacio Paniagua y Jorge Villalba menguaron dicha imputación encuadrando el crimen en el homicidio simple, aunque igualmente impusieron las penas más altas para Benegas y Gutiérrez.
En sintonía con la querella, representada por el abogado Claudio Katiz, el fiscal Elías Bys colocó a Diego Benegas y Jonathan ‘Yoni’ Gutierrez en el rol de autores materiales de homicidio agravado con alevosía y premeditación, requiriendo para ellos una pena de prisión perpetua. En cuanto a Gustavo Benegas, Diego Gutiérrez y Gustavo García, solicitó condenas de 6 años de cárcel como partícipes necesarios del mismo delito.
La hermana y la ex pareja de D’Amico.
Los hermanos Gutiérrez fueron defendidos por el defensor oficial Matías Olivera; los hermanos Benegas por la defensora oficial 5 de Leandro N. Alem, Yamile Scholles; García por el abogado Rosendo Cabrera; Burkiewicz por el letrado Dardo Koziarski; y Rockenbach por las abogadas Marlene Carvallo y Patricia Bilinski.
Todos, en los alegatos, buscaron atenuar las responsabilidades de sus defendidos, atacando la evidencia expuesta durante el debate. En ese plano, Olivera buscó bajar la figura de la premeditación, la alevosía y expuso que «hasta ahora no está claro el móvil del crimen», exponiendo que «Gutiérrez no tenía motivación» porque siendo empleado de Benegas en la carnicería «qué ganaría haciendo algo así», aunque sí admitió que tuvo participación transportando el cuerpo de D’Amico hasta Alem, pero dijo en ese momento que «tenía miedo, estaba amenazado».
Fuente: El Territorio