El expediente por el hurto de droga en la Comisaría Primera de Eldorado fue girado a la Fiscalía por el juez Miguel Ángel Guerrero, quien solicitó la elevación a juicio.
Fernando Andrés Mosqueda en marzo del año pasado se fugó de Misiones luego de que se detectara un faltante de droga incautada en la dependencia y en julio de ese mismo año fue detenido en la provincia de Jujuy.
Fueron 20 kilogramos de marihuana los que desaparecieron de la seccional luego de su guardia, y si bien el juez Miguel Ángel Guerrero, titular del Juzgado Federal de Eldorado, también ordenó la detención de dos colegas, la investigación se cerró sobre su persona y hasta ahora es el único imputado por el grave hurto.
El magistrado determinó el procesamiento con prisión preventiva del funcionario. Se lo acusa de transporte de estupefacientes agravado por su condición de policía, robo agravado de la droga y violación de sellos e incumplimiento de funcionario público.
Entonces, su notificación se ajustó a los tiempos de cuarentena y confinamiento. En su lugar de reclusión Mosqueda recibió el documento online, se imprimió, lo firmó, lo escanearon y lo volvieron a enviar. La determinación judicial fue apelada por la defensa, pero en el transcurso de estos meses quedó firme.
Tal es así que el expediente ahora está en Fiscalía, luego de que el magistrado corriera vista solicitando la elevación a juicio por considerar que no hay elementos de prueba por incorporar. De esta forma, la causa quedó en las puertas de ser elevada al Tribunal Federal Oral para que allí se defina cuando se celebre el debate.
Como detalló en su momento El Territorio, el faltante de droga se detectó el domingo 10 de marzo del 2019 en horas de la mañana y a última hora de ese día la fuerza comunicó que a los implicados se les había abierto un sumario interno para deslindar responsabilidades.
Según se reconstruyó, un efectivo de la guardia entrante llegó a la dependencia y notó que había fajas violentadas. Consultó a su colega, quien dijo que lo había notado pero que no se le ocurrió informar a los superiores. Rápidamente se dio parte a las autoridades de la Unidad Regional III.
Efectivamente había irregularidades. Quien supuestamente no dio aviso, y el encargado de la guardia anterior, al parecer de la noche del sábado y madrugada del domingo, quedaron en la mira. También Mosqueda, a quien ese día le habían asignado tareas de limpieza en la Seccional.
Los celulares de los dos implicados fueron secuestrados y el juez Miguel Ángel Guerrero ordenó que Gendarmería intervenga y establezca el faltante de la droga. Allí apareció el primer inconveniente: el candado no podría ser abierto con la llave del lugar, por lo que tuvieron que romperlo.
Después se determinó que quien robó la marihuana habría roto el cerrojo, pero se tomó el trabajo de colocar luego uno idéntico para no despertar sospechas. Eso se comprobó porque las herramientas utilizadas en la maniobra ilícita estaban dentro del depósito.
Ya con la confirmación de que parte del cargamento no estaba, la Justicia ordenó al día siguiente allanamientos en las casas de los funcionarios, con sus consecuentes detenciones. Es allí cuando notaron que Mosqueda ya no estaba.
Sus colegas, identificados como Nicolás Q. (28), oriundo de la localidad de 9 de Julio, y Cristian C. (31), con domicilio aparente en Garuhapé, fueron detenidos y alojados cuatro meses en una celda de Prefectura Naval Argentina. Insistieron con su inocencia y pidieron su liberación, pero recién salieron de la celda cuando su colega cayó a manos de GNA en una localidad cercana a San Salvador de Jujuy.
Los resultados de las pericias telefónicas también los desligaron del caso, pero de todas formas enfrentan una acusación por negligencia, puesto que no cumplieron con su labor de cuidar la dependencia.
El acusado fue trasladado luego hasta la Capital del Trabajo, donde en audiencia indagatoria se abstuvo de declarar. Una de las hipótesis es que está cubriendo a alguien que está por encima suyo pero que él quiere proteger.