Gustavo Nievas afirmó que sólo hay «pruebas inventadas» contra su defendida. Además, argumentó que la causa del hecho fue «una sepsia generalizada, porque el hospital neonatal y específicamente el centro obstétrico era una mugre»
Brenda Agüero está acusada de asesinar a cinco recién nacidos e intentar matar a otros ocho. Hay otros diez imputados, entre ellos autoridades del Hospital Materno Neonatal de la capital de la provincia y un ex ministro de Salud
Gustavo Nievas, el abogado de la enfermera Brenda Agüero, dijo que «va a salir sobreseída» dentro de unos meses porque «no hay pruebas directas ni indirectas contra ella», sino que solo «indicios y un montón de pruebas inventadas». Está acusada por la muerte de bebés en el Hospital Neonatal de Córdoba.
Antes de que comience la audiencia del martes, Nievas habló en Radio Rivadavia y manifestó que por ahora la acusación contra su clienta «es la interpretación de los hechos que hizo el Ministerio Público Fiscal, pero es apenas una acusación en términos potenciales, que podrían o no haber ocurrido los hechos de esa manera».
«Este lunes empezó el juicio con la lectura de la acusación y el alegato de apertura, donde todos los abogados tuvimos la ocasión de decir qué creemos que pasó. Lo que cree la fiscal es lo que cree el fiscal de instrucción, porque aparte forman parte de la misma estructura que se llama Ministerio Público Fiscal», destacó el defensor.
En este sentido, sostuvo que Agüero es ontológica y verdaderamente inocente porque «no hay una prueba directa» contra ella: «Hemos acreditado que nuestra hipótesis es que hubo una sepsia generalizada, porque el hospital neonatal y específicamente el centro obstétrico era una mugre».
«Los bebés muertos no murieron todos de lo mismo, sino que en algunos casos por afecciones congénitas o de las propias madres. Nosotros, por una cuestión de respeto, no hemos querido decirlo hasta ahora, pero surge de las planillas de las historias clínicas de las mamás, que había una que tenía SIDA, dos Sífilis, tres problemas renales y eso terminó afectando a los bebés», explicó.
Y continuó: «Esa versión oficial de madre sana, embarazo normal, niño sano o sorpresa porque fallecieron los bebés fue una mentira, una construcción, que se va a empezar a desmoronar a partir que empiecen los testimonios y de lo que surja en el juicio».
Acerca de la inyección de potasio, Nievas expresó: «Científicamente es imposible que un bebé de 3 kilos reciba la más mínima dosis y sobreviva. Eso es una mentira absoluta que se va a comprobar. La evolución hacia la muerte de una persona por aplicación de potasio es inmediata».
«Lo que ha pasado acá es una asepsia generalizada que los médicos no supieron manejar y, cuando se complicó el cuadro, empezaron a inventar algo que permitiera hacer zafar al gobierno de su responsabilidad en un hospital público. Entonces, la única brillante idea que se le ocurrió es la de una asesina serial, y Brenda es seleccionada entre las personas que estaban en casi todos los partos, porque es mujer, del interior y porque se suponía que no iba a poder defenderse», destacó.
Por último, sobre la situación de su defendida, el abogado enfatizó: «Dentro de un par de meses Brenda va a salir sobreseída, porque no hay pruebas directas ni indirectas contra ella, hay solamente indicios y un montón de pruebas inventadas».
El caso
Brenda Agüero está acusada de asesinar a cinco recién nacidos e intentar matar a otros ocho. Hay otros diez imputados, entre ellos autoridades del Hospital Materno Neonatal de la capital de la provincia y un ex ministro de Salud.
El expediente del caso, que llega a debate oral después de más de dos años de investigación, es sumamente complejo. Empezó con la presunta autora material de los homicidios y sus tentativas, pero las acusaciones se extendieron hacia otros médicos, autoridades del hospital y ex funcionarios del Ministerio de Salud cordobés. En el banquillo habrá 11 acusados, entre ellos el ex ministro Diego Hernán Cardozo.
El 18 de marzo de 2022 falleció la primera víctima, Francisco Calderón Cáceres, a horas de nacer por cesárea. Su madre y él estaban sanos tras el parto. El mismo día, otro niño se descompensó en el Materno Neonatal, pero sobrevivió.
A la familia de Francisco Calderón Cáceres se le entregó el certificado de defunción. La única sospecha sobre la causa de muerte era que algo había pasado con la vitamina K, un complemento que se le aplica a todos los recién nacidos para que la sangre coagule normalmente y ayude a activar sus órganos. Ante esta situación, el hospital cambió los lotes de esa sustancia. Pero los casos siguieron ocurriendo.
A fines de abril sucedió otra muerte dudosa, en un contexto similar al de Francisco Calderón Cáceres. La madre estaba sana. El bebé, al nacer, también.
Durante esos días también se detectó otro indicio que sería determinante en la causa: madres, médicos y enfermeros detectaron pinchazos inexplicables en varios recién nacidos. “Ninguna inyección se le coloca a un bebé en un lugar antojadizo, y acá vimos marcas en la espalda, en lugares muy aleatorios”, relató
El horror fue aún más grande con el correr de los días. El 24 de mayo de 2022 se registró la tercera muerte de un bebé en el Neonatal: se llamaba Ibrahim Guardia. Aunque puertas adentro del hospital las sospechas de que algo estaba pasando ya eran evidentes, a este niño tampoco se le practicó una autopsia. Pocos días antes, incluso, había aparecido el sexto recién nacido con marcas de inyecciones en su cuerpo.
Entre el 6 y el 7 de junio la situación explotó. En esas horas dos bebés murieron y otros dos se descompensaron: así se completaron los 13 ataques que se analizarán en el juicio.
Estas dos muertes sí fueron denunciadas como dudosas: una la reportó una enfermera, y la otra un policía que estaba a cargo de la custodia del hospital. Sin embargo, ambas fueron advertidas aisladamente, sin una correlación directa entre ellas o con todos los casos anteriores. Cinco niños habían muerto y otros ocho se habían descompensado, y aun así nadie llevó el tema ante la Justicia de forma unificada.
Luego de estas dos denuncias se abrió un sumario administrativo en el Ministerio de Salud, y se apartó del hospital a 15 profesionales de la salud, entre ellos la enfermera Brenda Agüero. Desde ese día desaparecieron los pinchazos, las descompensaciones y las muertes de bebés sanos.
El caso llegó a la Justicia recién un mes más tarde. Y la forma en la que ocurrió es, tal vez, tan inaudita como la explicación que le encontró la investigación del fiscal Garzón a la pregunta detrás de los cinco fallecimientos: ¿Por qué los habría matado?