Tras la renuncia de Nicolás Posse, un hombre muy cercano a él deja su cargo y llega un radical que fue funcionario de Macri.
Tras la renuncia de Nicolás Posse a la Jefatura de Gabinete, siguen produciéndose cambios en el área, ahora comandada por Guillermo Francos. En esa oportunidad le llegó el turno a Jorge Jesús Antelo, secretario de Estrategia quien puso su renuncia disposición del Presidente y su lugar será ocupado por José Luis Vila, exfuncionario del ministerio de Defensa durante el gobierno de Mauricio Macri, a quien en 2018 le plantaron un artefacto explosivo en un domicilio en el que había vivido.
La salida de Antelo se da semanas después de que su jefe, Nicolás Posse saliera eyectado de la jefatura de Gabinete por el presidente Javier Milei. Según algunos trascendidos, una de las razones por las cuales Posse fue relevado de su cargo fueron los audios que llegaron a oídos del Presidente entre Jorge Jesús Antelo y otro funcionario de alto rango, donde se escuchaban insultos contra el primer mandatario.
El cargo que ocupó Antelo en la función pública fue el mismo que ejerció Gustavo Beliz, y Mercedes Marcó Del Pont, durante la gestión de Alberto Fernández. Posse y Antelo se habían conocido trabajando en la Corporación América, el grupo de Eduardo Eurnekian.
Quién es José Vila, el reemplazante de Antelo
José Luis Vila, fue el encargado de Asuntos Exteriores en el Ministerio de Defensa del gobierno del PRO, con formación en el Colegio militar y de origen radical con una larga trayectoria en Defensa y en Inteligencia, pero la mayor parte fuera del país. Trabajó para Alfonsín, De la Rúa, Cristina Kirchner y Macri.
El nuevo responsable de la secretaría de Estrategia de la jefatura de Gabinete fue protagonista de una amenaza de bomba en 2018. Los vecinos de Callao y Arenales, en Recoleta, se sorprendieron con un paquete que resultó ser un explosivo casi listo para detonarse, con una amenaza contra un importante funcionario del Ministerio de Defensa, que en ese momento comandaba Oscar Aguad. El destinatario del artefacto era José Luis Vila, encargado de Asuntos Exteriores en el Ministerio.
El l explosivo “casero”, que fue detonado por la Policía Federal, había sido puesto por la misma banda que realizó otras tareas de espionaje ilegal -algo que se supo después- y cuyas víctimas fueron desde la entonces expresidenta Cristina Kirchner hasta el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Vila no vivía más en ese edificio, pero no fue ni la primera ni la última amenaza anónima que recibió: la misma banda distribuyó panfletos con acusaciones falsas en su contra y realizó llamados con advertencias. También una denuncia falsa por lavado de dinero.
Vila, cuya carrera tuvo lugar por más de 13 años en Estados Unidos, Moscú, Madrid y Brasilia, prácticamente no pisó la ex SIDE en Buenos Aires. Pero sufrió las operaciones de un grupo que recibía órdenes de la calle 25 de mayo. Esa banda, para la justicia federal de Lomas de Zamora, era comandada por la cúpula de la inteligencia de ese momento, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, procesados junto a un grupo de policías de la Ciudad que prestaron sus servicios a la AFI en ese momento.
En declaraciones que formuló en su momento, Vila señaló: “Esto era una operación a gran escala. El grupo que me espió a mí se llamaba Grupo Pilar, pero el espionaje a los familiares del ARA San Juan lo hizo otro grupo; el espionaje en las cárceles otro grupo. Arribas y Majdalani sí sabían. Esto no era cuentapropismo. Esos grupos eran integrados por policías de la Ciudad de Buenos Aires que habían sido llevados ‘en comisión’, algo que era inusual”.
Tampoco ahorró críticas para Mauricio Macri hoy un aliado a Javier Milei: “Cuando fue lo de la bomba, faltaba poco para el G20. Como comandante en jefe debió haber investigado. No se investigó nada. Por otra parte, entre los espiados estaba su hermana. ¿Quién podría estar interesado en espiar a su hermana?”.
La causa por espionaje ilegal
Los ex titulares de la AFI habían sido procesados en diciembre de 2020 como presuntos coautores de «acciones de inteligencia prohibidas» y «abuso de autoridad» por espionaje ilegal en la provincia de Buenos Aires.
El llamado “Proyecto Amba” de la AFI consistió en la instalación de seis bases de inteligencia en el conurbano bonaerense (desde mediados del 2016), en las zonas de Ezeiza, San Martín, Haedo (Morón), Pilar, La Matanza y Quilmes, además de las delegaciones históricas con asiento en La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, que pasaron a dependiente de la Dirección de Reunión Provincia de Buenos Aires y conformaron la estructura de inteligencia del organismo en la provincia durante el año 2017. Luego fueron cerradas.
Esta causa tramitó primero en Dolores y luego pasó a tramitar en los tribunales federales de Comodoro Py, por orden de la Cámara Federal porteña.
(Fuente: Perfil)