Un estremecedor caso de presunta tortura y sometimiento sexual a manos de efectivos policiales ha sacudido a la localidad de Jardín América.
La víctima, un joven de 18 años identificado como Marcos Antonio A., formalizó su denuncia ante la Fiscalía de Instrucción, implicando a varios uniformados de la Unidad Regional IX y a una médica policial que habría presenciado los aberrantes hechos.
La gravedad de la denuncia ha llevado al fiscal Jorge Fernández a solicitar el apartamiento de la Policía de Misiones en la investigación, pidiendo que esta quede a cargo de Gendarmería Nacional para garantizar la transparencia del proceso.
La causa, caratulada bajo el número 30/2025, es tramitada por el juez de Instrucción Dos de Jardín América, Roberto Sena.
Un vocero cercano al caso confirmó que el Cuerpo Médico Forense de Puerto Rico ya corroboró las lesiones sufridas por la presunta víctima.
Relato de terror
Según la declaración judicial los hechos se remontan al pasado 15 de junio. Marcos Antonio A. relató que, mientras se encontraba en la casa de su concubina en Puerto Leoni, una comisión policial irrumpió en la propiedad, lo tiró al suelo y lo golpeó, incluso propinándole un culatazo de escopeta en la cabeza. Posteriormente, fue trasladado a la comisaría de Jardín América.
“Durante todo el viaje me golpearon. Llegué mal y los otros presos decían que me lleven al Hospital, pero entre varios policías me siguieron pegando en la comisaría. Me llevaron a una oficina, apagaron la luz y me golpearon. Pensé que me iban a matar“, afirmó el joven en su declaración.
Lo más escalofriante del testimonio de Marcos es la supuesta participación de una médica policial, a quien identifica con su apellido en la denuncia. Según su relato, la profesional habría presenciado y consentido las agresiones.
“La doctora y otro policía le decía que me querían cortar un dedo, y cómo se podía cubrir la rotura de un dedo y la doctora les dijo que cualquiera se puede caer y romper un dedo”, sostuvo el denunciante.
Tortura
La denuncia detalla una “larga sesión de torturas” en la que habrían participado al menos diez policías. Entre los vejámenes más graves, el joven describió haber sido sometido sexualmente “con un palo de escoba” al que le habrían “puesto un preservativo”.
Además, uno de los uniformados le habría puesto su arma sin balas en un dedo, torciéndolo con la intención de romperlo, mientras la médica “estaba en frente y decía que podía justificar la rotura de un dedo si era necesario“.
El muchacho afirmó que durante todo el calvario, permaneció esposado, lo que agrava aún más el cuadro. Según su testimonio, los policías buscaban forzarlo a confesar un delito que no había cometido.
En repetidas ocasiones, recibió amenazas de muerte y le habrían colocado “trapos en la boca para que no pueda gritar“. Incluso, uno de los policías habría sugerido “llevarme a otro lugar para hacerme desaparecer”, pero los otros le habrían dicho que “había muchos testigos y por eso no podían”.

Temor a represalias
Luego de las supuestas torturas, el joven manifestó haber orinado sangre y sentir intensos dolores. Expresó su profundo temor a posibles represalias: “Tengo miedo de que me pase algo por la denuncia que estoy haciendo”.
La comunidad de Jardín América y la provincia de Misiones se mantienen expectantes ante el avance de esta grave investigación, que busca esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades en este presunto caso de abuso de autoridad y violación de los derechos humanos.
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⚖️ En Posadas, una mujer denunció a su madre de 86 años y hermanos por desalojo. La casa fue adjudicada a la madre en 1991, pero el título figura a nombre de la hija. https://t.co/L7eYlioOxy pic.twitter.com/0PwvnimPkc
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