Joaquín González, analista internacional, advirtió en diálogo con Radio Up que el conflicto entre Israel e Irán se encuentra en un punto de inflexión sumamente peligroso y con potencial de escalar a una guerra regional de gran envergadura. Según explicó, los recientes ataques israelíes sobre Teherán no solo tienen un trasfondo militar, sino que responden también a un objetivo político de largo plazo: “terminar con el régimen de los ayatolás” y recuperar respaldo interno para el gobierno de Benjamín Netanyahu.

Desde el 13 de junio se intensificaron los intercambios de fuego entre ambas potencias, con ataques cruzados que incluyeron el uso de misiles supersónicos por parte de Irán, en lo que muchos analistas describen como un nuevo capítulo de la guerra por poder en Medio Oriente. “Israel interceptó nueve misiles sobre Tel Aviv gracias a su sistema de defensa conocido como la Cúpula de Hierro. Son misiles sofisticados, nunca antes utilizados, lo que demuestra un salto en la capacidad ofensiva de Irán”, detalló González.
El especialista indicó que esta escalada se produce en un contexto geopolítico sumamente delicado, donde varios actores internacionales evalúan cuidadosamente sus próximos pasos. “Estados Unidos ha desplazado portaaviones y aviones de combate a la región, pero todavía no hay señales claras de una intervención directa. La administración de Donald Trump parece apostar a una estrategia de disuasión sin comprometerse militarmente”, opinó.
El juego de las potencias y el factor nuclear
En cuanto al temido uso de armas nucleares, González fue enfático al señalar que no hay evidencia concluyente de que Irán posea actualmente un arsenal de ese tipo. “Las agencias de inteligencia, incluida la estadounidense y la Agencia Internacional de Energía Atómica (liderada por el argentino Rafael Grossi), coinciden en que Irán no está cerca de desarrollar un arma nuclear. Sí tiene uranio enriquecido, pero carece de la tecnología para fabricar y lanzar un dispositivo nuclear”, explicó.
Por el contrario, Israel sí dispone de ojivas nucleares y no forma parte del Tratado de No Proliferación Nuclear. “Se estima que posee cerca de 90 ojivas. El problema es que el discurso de las potencias occidentales suele ser indulgente con Israel, amparado en su estatus de democracia. Pero con el actual gobierno, ese margen de confianza debería ser revisado”, remarcó.
Para el analista, el accionar de Israel no puede entenderse solo desde la óptica militar o diplomática. “Netanyahu atraviesa una crisis de liderazgo interna muy fuerte, con protestas sociales, cuestionamientos judiciales y una imagen deteriorada. Reavivar el conflicto con Irán le permite no solo aglutinar apoyos dentro del país, sino también desviar la atención internacional de las denuncias por crímenes de guerra en Gaza”, apuntó.

Asimismo, González sugirió que uno de los objetivos históricos de Israel ha sido “derribar el régimen islámico de Irán”, y que la actual ofensiva podría estar en línea con ese plan estratégico. “No es una operación improvisada. Hay antecedentes claros de ciberataques, asesinatos selectivos de científicos nucleares y sabotajes a instalaciones iraníes. La novedad ahora es que el conflicto ya no es encubierto, sino abierto y directo”, explicó.
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Un tablero global en riesgo
La situación también genera alarma en otras regiones. González recordó cómo conflictos anteriores –como la invasión a Irak en 2003– se justificaron con argumentos falsos sobre armas de destrucción masiva. “Aquella invasión se basó en informes que nunca se probaron y terminó generando más caos en la región. Hoy el riesgo es repetir la historia”, advirtió.
Además, advirtió sobre el potencial “efecto contagio” que puede tener el conflicto. “Corea del Norte, por ejemplo, observa con atención. Si se produce una confrontación a gran escala, podría aprovechar la oportunidad para probar su capacidad bélica. Y ni hablar de Rusia o China, que podrían usar el conflicto como moneda de negociación geopolítica”, añadió.
Por el momento, Europa se muestra más reticente a intervenir. “Los países europeos aprendieron la lección tras los atentados que sufrieron por involucrarse en Medio Oriente. Hoy prefieren mantenerse al margen, ocupados también con sus propias crisis internas”, explicó.
“El mundo ante un nuevo punto de quiebre”
Joaquín González concluyó que si bien aún no se ha cruzado el umbral de un conflicto nuclear, el escenario actual combina varios ingredientes de alto riesgo: actores impredecibles, armamento sofisticado, doble estándares internacionales y una creciente falta de diplomacia.
“Lo más preocupante es la falta de mesura en las decisiones de los líderes, que se traduce en una peligrosa escalada militar. Y en paralelo, un uso político del conflicto que pone en riesgo a millones de civiles inocentes. El mundo debe reaccionar antes de que sea demasiado tarde”, finalizó.
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Te dejamos la entrevista completa:
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— RadioUp (@radioup955) June 19, 2025