La presencia de tropas de la OTAN en Ucrania sería completamente inaceptable para Moscú
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, emitió una fuerte advertencia sobre el posible despliegue de tropas europeas en Ucrania, calificando esta medida como un “involucramiento directo, oficial y no disimulado” de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el conflicto con Ucrania. Las declaraciones se produjeron después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, sugiriera la posibilidad de enviar tropas europeas al país vecino, si se lograba un acuerdo de paz con Rusia.
Según Lavrov, la presencia de tropas de la OTAN en Ucrania sería completamente inaceptable para Moscú, señalando que esto representaría una escalada del conflicto y una amenaza directa contra la Federación Rusa. El canciller ruso, visiblemente molesto, destacó que Rusia no ve ninguna base para compromisos o concesiones respecto al despliegue de fuerzas europeas en Ucrania, sugiriendo que esta discusión se está desarrollando con un «objetivo abiertamente hostil» hacia su país.
Las tensiones aumentaron después de que Macron, en un discurso televisado, manifestara que la opción de enviar tropas europeas a Ucrania podría ser considerada si se llegaba a un acuerdo de paz con Rusia, aunque puntualizó que dichas tropas no estarían involucradas en los combates de primera línea. A pesar de esta aclaración, la reacción de Rusia fue contundente, acusando a Macron de “charlatán” y calificando sus comentarios como un intento de aumentar la escalada del conflicto.
Lavrov advirtió que cualquier intervención directa de la OTAN en Ucrania marcaría un punto de no retorno, argumentando que Moscú considera que las acciones de los países de la alianza occidental ya van más allá del apoyo a Ucrania, convirtiéndose en una guerra directa contra Rusia. Este llamado de atención pone en evidencia las crecientes tensiones entre Moscú y las potencias occidentales, en especial en lo que respecta a la involucración militar en el conflicto.
Por otro lado, en su discurso, Macron alertó a los ciudadanos franceses sobre la “realidad de un mundo cada vez más brutal”, en el que Rusia se presenta como una amenaza creciente. En este contexto, Macron defendió un aumento en el gasto militar de Francia y abrió el debate sobre la posibilidad de compartir la capacidad disuasoria nuclear francesa con otros países de Europa, en un esfuerzo por fortalecer la seguridad colectiva del continente frente a los desafíos geopolíticos actuales.
Si bien la iniciativa de Macron fue presentada como una medida para garantizar la paz, las reacciones desde Moscú reflejan la creciente preocupación de Rusia ante lo que percibe como un alineamiento de Europa con los intereses de la OTAN, que podría intensificar aún más la confrontación. La propuesta de un despliegue militar europeo en Ucrania parece, por lo tanto, ser uno de los puntos más delicados en las negociaciones y en la diplomacia internacional de los últimos tiempos.
En este escenario, Rusia sigue defendiendo su postura de que la suspensión de la ayuda militar estadounidense a Ucrania podría ser un paso crucial para poner fin al conflicto, sugiriendo que las intervenciones externas solo prolongan la guerra. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue atenta a los desarrollos de una crisis que amenaza con desestabilizar aún más la región.
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Fuente: (Noticias Argentinas)