Más de 20.000 empleados, aproximadamente el 1% de la plantilla del gobierno federal en EE.UU., aceptaron una oferta de retiro voluntario o plan de renuncia diferida, por el cual dejarían trabajar para el Estado pero seguirían cobrando sus salarios hasta fines de septiembre próximo.
El gobierno de Donald Trump espera un aumento en las renuncias a medida que se acerca la fecha límite del jueves para aceptar la oferta.
Trump y su denominado “zar de la eficiencia”, Elon Musk, director ejecutivo de Tesla Inc. y SpaceX, esperan que esto permita reducir la plantilla federal en hasta un 10%. Musk fue designado por el presidente como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU. (DOGE), desde el cual surgió la idea de los retiros voluntarios.
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Suspicacias
Pero el objetivo declarado podría ser demasiado ambicioso, según algunas fuentes. Esto debido a que entre los casi 2,3 millones de empleados federales civiles, cerca de la mitad no pueden optar por aceptar la oferta. Entre estos se cuentan los empleados civiles de defensa e inteligencia, los trabajadores de correos, el personal de las fuerzas de seguridad y otros puestos considerados “sensibles” dentro de la administración estatal.
En tanto que los sindicatos que representan a los empleados federales instaron a sus miembros a ser escépticos con las ofertas debido a que, según ellos, no están garantizadas. El Sindicato Nacional de Empleados del Tesoro dijo que el programa estaba “diseñado para incitarte o asustarte para que renuncies”, y la Federación Estadounidense de Empleados del Gobierno consideró que la intención era “convertir al gobierno federal en un entorno tóxico en el que los trabajadores no puedan quedarse aunque quieran”.
(Fuente: CNN)