El analista internacional Joaquín González analizó en profundidad la reciente crisis política en Corea del Sur, destacando el fallido intento del presidente de declarar la ley marcial, lo que derivó en una rápida reacción del parlamento y un juicio político en curso. Según González, “es más un manotazo de ahogado de un presidente con baja aprobación ciudadana y acusaciones de corrupción”.
Cómo todas las semanas, en diálogo con Bryan Villalba y Alejandro Chini para el programa “La Última Rosca” de Radio Up 95.5, el analista internacional Joaquín González se refirió a la situación en Corea del Sur y dijo “el detonante de la crisis fue la declaración de ley marcial, con la que el presidente intentó cerrar el parlamento y movilizar al ejército”.
“Lo más gracioso es que los argumentos para aprobar esta ley fueron las fuerzas comunistas, que en realidad no es otro recurso que remarcar a toda la oposición”, señaló el analista. Sin embargo, el intento fue rápidamente neutralizado por la acción parlamentaria, que no solo desautorizó la ley marcial, sino que también inició el proceso para destituir al mandatario.
A pesar de la gravedad del intento, González subrayó que la reacción institucional y ciudadana demuestra la fortaleza democrática de Corea del Sur. “No solo hay una cultura política asentada contra una movida autoritaria, sino que la misma división de poderes funcionó rápidamente”, aseguró.
Además, destacó la falta de apoyo del ejército, que fue clave para que el parlamento pudiera actuar: “El ejército demoró la operación, lo que permitió que los parlamentarios ingresaran al Congreso y revirtieran la medida”.
Yoon Suk-Yeol asumió en 2022 y desde entonces se enfrentó en varias oportunidades con una creciente oposición. La falta de mayoría en el parlamento y los intentos fallidos de aprobar presupuestos controversiales lo dejaron aislado políticamente. González señaló que el presidente, un fiscal de carrera sin vínculos militares, “ha hablado mucho en contra de los medios, tildándolos de fuerzas subversivas, y también de los partidos opositores”.
Impacto regional e internacional
La crisis no se limitó al ámbito interno, sino que tuvo eco en países vecinos como Japón y China, y preocupó especialmente a Estados Unidos, principal aliado de Corea del Sur. “Corea del Sur, al estar justo entre Corea del Norte y China continental, es el único enclave democrático en la región. Este intento de deriva autoritaria fue percibido como una amenaza estratégica”, explicó González.
Finalmente, González destacó que el sistema político surcoreano mostró solidez frente al intento autoritario. “Ha sido un susto, pero la democracia parece bastante consolidada en Corea del Sur. Esto no derivará en un cambio de régimen, sino en un fortalecimiento de las instituciones democráticas”, concluyó.
Francia: inestabilidad parlamentaria y fragmentación política
En el caso de Francia, González detalló la crisis de gobernabilidad tras la negativa del Parlamento a otorgar un voto de confianza al primer ministro designado, Michel Barnier, una situación que no ocurría desde 1962. “El rechazo refleja no solo una profunda fragmentación entre los bloques de izquierda, centro y extrema derecha, sino también la creciente desconfianza hacia el gobierno del presidente Emmanuel Macron, cuya popularidad está en mínimos históricos”, explicó.
González advirtió que esta crisis podría desencadenar una sucesión de gobiernos inestables hasta las próximas elecciones generales, con los partidos más centrados en estrategias electorales que en abordar los problemas actuales del país.
El analista contextualizó ambos escenarios dentro de una tendencia global hacia la polarización y el ascenso de movimientos de extrema derecha. “Aunque los sistemas parlamentarios europeos, como el francés, todavía cuentan con contrapesos que limitan estos avances, la fragmentación de las coaliciones políticas y la falta de continuidad en los gobiernos presentan desafíos serios para las democracias”, afirmó.