En la audiencia general semanal, en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco continuó con sus reflexiones sobre el Espíritu Santo, animando a los fieles a “llevar sus dones en todo lo que hacemos”. El pontífice se centró en el don del Espíritu recibido en el sacramento de la Confirmación.
“En este inminente Año Jubilar, dejémonos renovar y fortalecer por el Espíritu Santo y llevemos sus dones en todo lo que hacemos”, el Papa Francisco ofreció estas palabras de aliento a los fieles reunidos hoy, en la Plaza de San Pedro durante la audiencia general semanal.
En el Nuevo Testamento, además del bautismo con agua, el Papa observó que vemos otro rito, la imposición de manos, “que tiene como finalidad comunicar el Espíritu Santo de modo visible y carismático, un gesto con efectos análogos a los producidos por los Apóstoles en Pentecostés”.
Los abundantes dones del Espíritu Santo
El Santo Padre recordó también el modo “simple y claro” con que el Catecismo de los adultos de la Conferencia Episcopal Italiana habla del sacramento: “La Confirmación es para todos los fieles lo que Pentecostés ha sido para toda la Iglesia. Refuerza la incorporación bautismal a Cristo y a la Iglesia y la consagración a la misión profética, real y sacerdotal”.
Con esto en mente, el Papa subrayó cómo el sacramento comunica la abundancia de los dones del Espíritu.
“Por tanto, si el Bautismo es el sacramento del nacimiento, la Confirmación es el sacramento del crecimiento”, afirmó. “Por eso mismo, es también el sacramento del testimonio, porque éste está íntimamente ligado a la madurez de la existencia cristiana”.
No reduzcas el sacramento
El Papa puso en guardia contra la reducción de la Confirmación prácticamente a la extremaunción, es decir al “sacramento de la salida de la Iglesia”, porque en cambio “es más bien el sacramento del inicio de una participación activa en su vida”.
Reconoció que no será el caso de todos los confirmados, ya sean niños o adultos, pero, de todos modos, dijo, “es importante que al menos lo sea para algunos que luego serán los animadores de la comunidad”. Para este fin, dijo, puede ser útil acoger la ayuda de fieles laicos que han tenido un encuentro personal con Cristo y tuvieron una verdadera experiencia del Espíritu, en la preparación al sacramento.
Los verdaderos testigos de Cristo
En este sacramento de la imposición de manos, el Papa recordó que recibimos el sello indeleble del Espíritu Santo que nos anima a difundir y defender la fe como verdaderos testigos de Cristo en el mundo.
Además, recordó que la Confirmación aumenta y profundiza la vida del Espíritu derramada sobre nosotros en el Bautismo y nos anima, especialmente a los jóvenes que reciben el sacramento, a participar activamente en la vida y la misión de la Iglesia.